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Entrevista:JOSÉ ANTONIO VIERA | Consejero de Empleo y Desarrollo Tecnológico

"Cartuja 93 ya no es una torre de babel"

Alejandro Bolaños

Recurre varias veces al papel para trazar el modelo que ha diseñado su consejería para afrontar uno de los principales mandatos que le encomendó el presidente de la Junta, Manuel Chaves: fomentar una cultura de la innovación en el sector productivo andaluz. José Antonio Viera (Villamanrique de la Condesa, Sevilla, 1946), alterna círculos y flechas para dar una vuelta de tuerca a la experiencia del PTA de Málaga y de Cartuja 93 en Sevilla, los dos referentes en los que se apuntala el nuevo modelo, con una veintena de espacios tecnológicos previstos en la comunidad. En ellos se instalarán centros de innovación y tecnología (CIT) y otros organismos similares, que aglutinarán las investigaciones en procesos productivos que generen o demanden las empresas que se ubiquen en esos espacios.

"Hay que concienciar a las pymes de que tienen que dar el salto tecnológico ahora"
"No ha habido una caja única, pero sí una estrategia única en la política industrial"

La vuelta de tuerca es que esos espacios están vinculados a sectores económicos concretos. Y que el protagonismo público de antaño trata de repartirse con las empresas, las cajas y las universidades. Viera quiere, además, que la experiencia de los centros de innovación pueda ser aprovechada por las pymes que no están en los parques.

Pregunta. Los indicadores económicos dicen que el salto tecnológico que se pretendía no se dio. El gasto en I+D sigue anclado en el 0,6% del PIB andaluz, muy lejos de la media europea (2%).

Respuesta. La influencia que pueda ejercer todo lo que se está estructurando ahora en torno a la sociedad del conocimiento no es igual en todas las parcelas. En las tecnologías de la información y la comunicación, ha habido muy buena respuesta a programas como Ciberpyme I, II y Plus. Es verdad que esto hace referencia a compra de aparatos informáticos, formación y algunas estrategias de gestión, pero demuestra que las pymes quieren incorporarse a este nuevo modelo. Es cierto que el trípode investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) sobre el que debe basarse la competitividad de nuestras empresas es otra cosa. Hay que trabajar de forma más intensa para incentivar la incorporación de recursos humanos cualificados al mundo de las pymes, que ahora se encuentran con un peligro: han aprovechado el crecimiento económico de los últimos cuatro o cinco años, se han beneficiado de un tirón de la demanda interna , pero en el medio plazo hay que competir mucho más en el mercado nacional e internacional. Hemos tenido un crecimiento grande en empresas de servicios o de la construcción, pero apenas hemos tenido crecimientos importantes de empresas que tengan una estructura fabril con valor añadido. El desafío es incorporar de manera masiva los titulados de la Universidad y de FP a las estructuras directivas de las pymes. Porque esta gente es la que puede hacer que la innovación se convierta en abecedario de estas empresas.

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P. Quizás ese cambio cultural no pueda ser tan rápido como la Junta pretendió.

R. Es verdad que hay una dificultad grande. Pero hay que crear un ambiente alrededor de las pymes para concienciarlas de que ese salto lo tienen que dar ahora. Ahora es posible hacerlo: en los territorios vamos a tener estructuras que servirán para dinamizar estas estrategias. A partir del año que viene, las unidades territoriales van a actuar de punta de lanza de Raitec o del propio Instituto de Fomento de Andalucía, que está girando desde la cultura de la subvención a fondo perdido a cualquier proyecto para centrarse en sectores estratégicos.

P. Algunas cuestiones de su estrategia, como esa redefinición del IFA o el plan de investigación conjunto entre Educación y Desarrollo se han retrasado.

R. Estructurar toda la planificación de un área como Desarrollo Tecnológico absolutamente nueva fue complejo, también lo fue encontrar compañeros de viaje como el sector financiero, universidades, o empresas. Haría en todo caso una buena valoración del resultado final. Por ejemplo, las cajas ahora sí están por entrar en el sistema productivo, con una filosofía industrial. En tono coloquial: no ha habido caja única, pero sí una estrategia única. En segundo lugar, la colaboración con la Universidad se va a plasmar con convenios para convertir las patentes universitarias en empresas. Y en tercer lugar, está la vertebración territorial. El mundo rural necesitaba un soporte técnico que lo hemos hecho con los Ayuntamientos formando al equipo directivo de las unidades territoriales durante todo un año. Y ahora se dan las condiciones para que el Plan Andaluz de Investigación y el Plan Director de Innovación y Desarrollo Tecnológico confluyan. La planificación la estrategia ha sido exitosa, pero en la ejecución es verdad que hay acciones que han ido bien y otras más lentas.

P. El primer parque tecnológico que se proyectó en Andalucía, Cartuja 93, cumple 10 años. ¿Se ajusta al modelo de innovación que ha explicado?

R. Cartuja 93 se está convirtiendo en agente tecnológico ahora. Hasta ahora es sólo un espacio en el que se daban cita un mayoría de empresas de base tecnológica que convivían con empresas del sector servicios y con instalaciones educativas. Una vez acabado el proceso de ocupación de los espacios, con más exigencias en la cualificación de las empresas en los últimos tres años, ahora hay suficientes para que se considere un parque tecnológico, ya no es un espacio urbanístico tipo torre de babel. Es el momento para que Cartuja 93 se convierta en un agente tecnológico. Tiene que aglutinar los esfuerzos en innovación que están en el parque. Y hay que hacer un esfuerzo de captación de empresas en el área metropolitana de Sevilla para que puedan nutrirse de las experiencias de Cartuja. Ahora le queda el papel más importante, es mucho más complejo que ocupar suelo. El PTA de Málaga ha sido hasta ahora mucho más agente tecnológico.

P. Hay varias propuestas para crear nuevos parques tecnológicos en Sevilla, ¿son viables?

R. La propia calificación de los agentes tecnológicos establece unos criterios muy estrictos que si no se cumplen, impide dar incentivos a un espacio que quiera ser tecnológico. La propuesta de suelo de Dos Hermanas sí cumple esos requisitos. Y la propuesta que trabajan los Ayuntamientos de Alcalá de Guadaíra y Sevilla junto a la Universidad Pablo Olavide puede cumplirlos también.

P. Las grandes inversiones aeronáuticas que se prevén en Sevilla y Cádiz pueden ser una palanca para el I+D andaluz, pero las pymes del sector dicen no tener recursos suficientes para afrontar el reto tecnológico.

R. Yo estoy muy preocupado con la situación de las empresas auxiliares del sector aeronáutico. No podemos permitir que se dé la paradoja que cuando mejores proyectos tractores tenemos en Andalucía nuestras empresas auxiliares no aprovechen esta oportunidad. Si para eso necesitamos poner en marcha una estrategia financiera a través de las cajas de ahorros y que la Junta de Andalucía haga de esto una situación excepcional para ayudar a las pymes a invertir para hacer frente a las exigencias de las grandes empresas, tendremos que afrontar ese reto. Voy a reunirme con esas 20 pymes que actúan en Andalucía a finales de mes para hacerles una oferta concreta, recogiendo las propuestas de las grandes (Airbus, EADS, Gamesa o Sacesa), para poner en marcha una serie de acciones que eviten que las pymes no den ese salto de calidad por falta de recursos financieros. El otro paso, la cooperación y el agrupamiento para ganar tamaño es una responsabilidad exclusivamente de las empresas.

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