Ocho inmigrantes mueren en un naufragio al sur de Italia

Una embarcación con más de treinta inmigrantes clandestinos a bordo se hundió en la madrugada del sábado cerca de la isla meridional italiana de Lampedusa (a unos 100 kilómetros de la costa africana). Las víctimas mortales ascienden a ocho, entre ellas tres niños, según informaron ayer los carabineros (cuerpo de policía italiano) tras una primera reconstrucción de los hechos. Hasta el momento sólo se ha recuperado el cadáver de una mujer somalí, nacionalidad a la que pertenecían todos los ocupantes de la barcaza, que había partido de un puerto de Libia, según contaron los supervivientes a los agentes italianos.

El presunto capitán de la barca -una vieja nave en mal estado- fue detenido ayer en Lampedusa y declaró haber aceptado guiar el aparato para no tener que pagar el viaje. Cada uno de los inmigrantes había pagado 600 dólares (más de 520 euros) a una banda de traficantes para ser trasladados a Italia. Según el relato de los supervivientes, partieron hace meses de Somalia con destino a Libia, desde donde subieron al barco y emprendieron el definitivo viaje a Italia.

En la embarcación viajaban tres hermanos, dos niñas de tres y un año y medio y un menor de 13 años. Durante la travesía, las dos pequeñas murieron de hambre y frío y, conforme a una tradición somalí según la cual quien muere en el mar debe ser sepultado allí, el padre de las niñas arrojó sus cuerpos al agua. El niño falleció ahogado al hundirse la barca y quedar atrapado, según el mismo relato.

En el naufragio murieron también, de acuerdo con los carabineros, tres hombres que intentaron llegar sin éxito a nado hasta un barco mercante que transitaba por la zona del hundimiento. Otra persona, al parecer un anciano, falleció de frío y hambre durante la travesía y su cuerpo también fue arrojado al mar. La guardia costera y la Marina militar italiana han rescatado a un total de 25 personas, mientras sigue la búsqueda de los desaparecidos.