Grandes empresas británicas empiezan a trasladar su fuerza de trabajo a Asia
Primero fue la industria manufacturera. Ahora son los servicios. La deslocalización del empleo europeo hacia países con mano de obra más barata, que empezó con la agricultura, siguió con el textil y alcanzó su máximo simbolismo con el automóvil, ha llegado ya a la banca, las aseguradoras o las grandes empresas telefónicas. Como tantas veces, el Reino Unido marca el paso en Europa a la hora de aprovechar las ventajas de reducción de costes que ofrece la globalización. Esta vez, de la mano del idioma.
El anuncio de que el mayor banco británico y segundo del mundo, el HSBC, trasladará 4.000 empleos a Asia ha sorprendido a muchos. Pero está lejos de ser el primer caso. Otras grandes empresas de servicios del Reino Unido están ya abriendo centros de trabajo en países en desarrollo o han anunciado que lo van a hacer, como los bancos Barclays, Lloyds TSB, Abbey National y Goldman Sachs, la aseguradora Prudential o la telefónica British Telecom (BT).
En la operación de HSBC sorprende quizá la envergadura: 4.000 de sus actuales 55.000 trabajadores serán deslocalizados a India, Malaisia y China en tres años: 1.500 el año que viene, 2.000 en 2005 y otros 500 en 2006. Los expertos consideran que en 2008 el banco tendrá en países terceros casi el 15% de la plantilla al servicio de sus clientes británicos.
Por supuesto, no se trata de trasladar trabajadores desde el Reino Unido a esos países, sino de reducir la plantilla británica (aunque sea a través de despidos forzosos) y crear nuevos empleos, mucho más baratos, en Asia. El HSBC tiene ya varios centros de trabajo en Hydebarad y Bangalore (India) y en Malaisia, que ahora crecerán. Los servicios de atención telefónica, pero también los técnicos informáticos, son los más amenazados por la competencia asiática. Goldman Sachs ya ha anunciado el trasladado de 250 trabajadores de administración y telecomunicaciones a India. Prudential anunció el año pasado el traslado a Bombay (India) de los 850 puestos del centro telefónico de Reading, en Berkshire. Y Barclays y Lloyds han admitido que estudian transferir 1.750 y 1.500 empleos, respectivamente.
Bajos salarios
En julio, BT tenía ya 720 trabajadores en diversos centros en India, y serán 2.200 a final de año. La telefónica británica dice que seguirá apostando por el empleo europeo y ha anunciado una inversión de 105 millones de libras (151 millones de euros) en sus 31 centros de atención en Europa, donde emplea a 17.000 personas. Es una inversión 4,5 veces superior por trabajador que los tres millones de libras (4,31 millones de euros) invertidos en la India. Estas cifras ayudan a entender la apuesta por estos países, en los que es relativamente fácil encontrar jóvenes bien educados, con un buen nivel de inglés, en un entorno de bajos salarios. Las empresas británicas cuentan con la gran ventaja del idioma. Un activo que en Europa sólo tiene otro país: España y los cientos de millones de hispanohablantes de América Latina.
La consultora Deloitte estima que Europa occidental deslocalizará dos millones de empleos en el sector servicios en cinco años. El sindicato británico Amicus cree que el Reino Unido perderá 200.000 empleos de centros telefónicos y servicios financieros. Su secretario general, Roger Lyons, lleva semanas advirtiendo de que los servicios se enfrentan al mismo problema que cercenó las manufacturas. Lyons exige al primer ministro británico, Tony Blair, que ponga en marcha un estudio similar al que lanzó su predecesor, John Major, sobre la crisis manufacturera.
Pero el Gobierno no parece dispuesto a hacer demasiado ante la evidencia de que las nuevas tecnologías y unos salarios hasta un 80% más bajos convierten la deslocalización en una receta mágica para reducir costes y aumentar beneficios.
Luchar contra ello, además de legalmente muy difícil, sería contradictorio, por ejemplo, con la tesis de que hay que desmantelar la política agrícola europea porque impide crecer a los países en desarrollo.
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