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Un juez anula 10 cláusulas "abusivas" de contratos bancarios en cuentas e hipotecas

Las reclamaciones de los usuarios al Banco de España aumentaron un 16,4% en 2002

Íñigo de Barrón

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) demandó al SCH, BBVA, Caja Madrid y Bankinter por 17 cláusulas de contratos de cuentas corrientes, tarjetas de crédito, préstamos personales e hipotecarios que consideraba abusivas. El Juzgado de Primera Instancia número 44 de Madrid ha resuelto que 10 de ellas deben ser "anuladas por abusivas", por lo que no pueden figurar en los contratos. El Banco de España recibió en 2002 un total de 4.288 reclamaciones de usuarios de productos y servicios bancarios, la cifra más alta en 16 años, y un 16,4% más que en 2001.

El objetivo de la OCU con esta demanda, que será recurrida por las entidades implicadas, es evitar las cláusulas abusivas que, una vez firmado el contrato, la única vía que tiene el consumidor para evitarlas es acudir a la vía judicial, siempre lenta y costosa. Por eso, en la práctica, rara vez se utiliza este camino. El tribunal aceptó que estas cláusulas se anulen en los contratos.

El fallo declara "abusivas y nulas" 10 cláusulas, prohíbe a las demandadas usarlas en el futuro, les obliga a publicar la sentencia en un diario de máxima circulación y ordena que la sentencia se inscriba en el Registro de Condiciones Generales de la Contratación como abusivas. Caja Madrid y el SCH declaran en la sentencia que han retirado algunas de las condiciones denunciadas. Los bancos presentarán recursos contra esta sentencia.

Las cláusulas anuladas son las siguientes:

- Las que impiden que el consumidor conozca qué comisiones le van a cobrar y que son fundamentales para saber las condiciones del préstamo.

- Las que obligan al consumidor a acudir a tribunales distintos a los que corresponderían en función de su domicilio.

- Las que obligan al usuario a hacerse cargo de todos los gastos de un proceso judicial, es decir, tanto sus facturas como las del banco, sea cual sea el resultado.

- Las que trasladan la responsabilidad al consumidor en el caso de que alguien falsifique un cheque y lo cobre, sean cuales sean las circunstancias.

- Las que eluden la responsabilidad por el mal funcionamiento de un cajero automático si no da el dinero solicitado, aunque el recibo indique que sí se ha realizado la operación.

- Las que reservan la posibilidad de rescindir un contrato de hipoteca por cualquier causa.

- Las que privan al cliente prestatario de las oportunidades que la ley le otorga para que, en caso de un incumplimiento por impago estando vencida la cuota de un préstamo, ejecutar su vencimiento anticipado.

- Las que hacen vencer un préstamo hipotecario cuando se deniegue la inscripción de la escritura, aunque la no inscripción sea culpa de la entidad.

- Las que ceden sus préstamos libremente a cualquier otra entidad sin ni siquiera comunicárselo a su cliente.

- Las que permiten liberarse de responsabilidades por los daños causados por los fallos producidos durante la transmisión de operaciones informáticas.

Precisamente, ayer el Banco de España hizo pública la memoria de reclamaciones presentadas por los ciudadanos en 2002. Según la entidad, recibió 4.288 reclamaciones, lo que supone un crecimiento del 16,4% sobre el ejercicio anterior y se convierte en la cifra más alta en los 16 años que lleva funcionando el servicio de reclamaciones.

Del total de reivindicaciones, el 60,8% de las reclamaciones se hicieron contra bancos y el 27,7% contra cajas. El SCH encabeza la lista con el 11,43% de las quejas;el BBVA agrupa el 11,01%, mientras que el 5,2% son de Banesto; el 5%, de Caja Madrid, y un 2,12%, de La Caixa

Casi las dos terceras partes de las quejas (el 64,3%) se localizaron en la Comunidad de Madrid, y en su mayor parte (un 23,8%) trataban de discrepancias en los créditos. Este notable aumento obedece, según el Banco de España, al "mayor conocimiento de los derechos que asisten al consumidor de productos bancarios y al mayor incremento de las operaciones financieras".

Jaime Caruana (en el centro) escucha a José Luis Malo de Molina, director general del Banco de España.
Jaime Caruana (en el centro) escucha a José Luis Malo de Molina, director general del Banco de España.EFE

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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