Sanidad prepara un plan para controlar el consumo farmacéutico

La Consejería de Sanidad obtuvo ayer el visto bueno del Consell para lanzar un plan destinado a controlar las prestaciones farmacéuticas a través de la tarjeta sanitaria. El plan, que se pondrá en marcha en enero y tendrá que estar completado en el año 2006, pretende evitar el fraude, reducir el gasto farmacéutico y mejorar el control sobre los pacientes, especialmente los de tratamiento prolongado.

El consejero de Sanidad, Vicente Rambla, explicó que todo el plan se basa en la centralización de los datos sobre consumo farmacéutico, lo que obligará a los usuarios a utilizar la tarjeta sanitaria con banda magnética para obtener sus medicamentos, a los centros de atención primaria y especializada a registrar informáticamente las recetas y a las farmacias a utilizar el programa informático que instalará la Generalitat en sus ordenadores para poder dispensar las medicinas que requieran prescripción médica. El plan se basa en la obtención de una serie de conciertos con los actores que intervienen en la fabricación, distribución y dispensación de medicamentos y en la inversión realizada en un programa informático específico y en los equipos que han de soportarlo. Una inversión que contará con una dotación presupuestaria de 20 millones de euros el próximo año.

La decisión de la Consejería de Sanidad de poner en marcha este plan se basa en la elevada morbilidad por el uso incorrecto de medicamentos, el volumen de recetas expedidas anualmente (siete millones), un incremento medio anual de casi el 10% en el gasto farmacéutico y el hecho de que el 25% de la población consume el 80% de las medicinas dispensadas.

Rambla explicó que para lograr la racionalización del gasto farmacéutico se han tenido en cuenta las medidas que se deben introducir en cada uno de los eslabones de la cadena. Así, en los centros de atención primaria está previsto reforzar las funciones de los farmacéuticos, introducir en los sistemas informáticos la información necesarias para los facultativos y permitir que puedan contrastar los tratamientos que ordenan a sus pacientes con los de otros médicos y normalizar la dispensación de recetas a través de la tarjeta sanitaria.

A los farmacéuticos se les requerirá, mediante convenios con sus colegios profesionales, para que reclamen el uso de la tarjeta sanitaria en la dispensación de medicamentos y dispensen dosis unitarias en los tratamientos antibióticos. Respecto a la industria farmacéutica, la Consejería de Sanidad prevé potenciar su central de compras; publicar una nueva orden para ordenar la presencia de los visitadores médicos en los centros de salud (donde los facultativos puedan contrastar las ventajas e inconvenientes de productos fabricados por diferentes compañías) y aplicar los nuevos precios de referencia que fija el Ministerio de Sanidad.

Para el consejero de Sanidad, este plan no tiene como objetivo frenar el gasto farmacéutico, sino mejorar la atención a los pacientes, aunque reconoció que el ahorro previsto será importante, aunque no está cuantificado.

Vicente Rambla también señaló que la implantación de este sistema también permitirá, en un momento dado, reclamar al Gobierno central, no sólo el gasto sanitario de las personas desplazadas, sino también el farmacéutico. El consejero señaló que el sistema informático será compatible con los que se implanten en otras comunidades autónomas.

El programa, según explicó Vicente Rambla, ya está en fase de pruebas en el área 8 de salud y se empezará a implantar de manera sistemática a partir de enero próximo. La intención es primero emitir las recetas de manera informática (desde el ordenador) y después de manera electrónica (que la farmacia pueda dispensar el medicamento tras leer la tarjeta sanitaria del paciente).