Nathalie Baye 'desaparece' tras una burguesa herida
La actriz protagoniza 'La flor del mal', de Claude Chabrol, sobre la vida francesa en provincias
Nathalie Baye (Mainneville, Francia, 1948) interpreta a una burguesa de provincias en La flor del mal, de Claude Chabrol, película que se estrena hoy en las pantallas españolas. La actriz ha viajado a Madrid para promocionar este filme en el que, según dice, ha realizado una apasionada actuación. El punto de partida de La flor del mal es la historia de una mujer que es absuelta de un crimen del que es culpable y que, años más tarde, se va a acusar de otro crimen que no ha cometido. La película introduce en escena lo que queda de tres generaciones de una familia de la burguesía de Burdeos.
Nathalie Baye interpreta en La flor del mal a Anne Charpin-Vasseur, "una burguesa de provincias, valiente, herida, que lucha contra el aburrimiento de su familia y decide adentrarse en la política municipal. El exceso de actividad le ayuda a no pensar demasiado, a huir de la realidad, en cierto modo. Está siempre en acción para no derrumbarse. Tiene un lado rígido porque para ella las apariencias son fundamentales", asegura la actriz.
"Los americanos venden muy bien su cine y los europeos lo hacemos muy mal"
Baye, una de las grandes damas del cine francés, dice que su papel no es el de una mujer fría, sino el de alguien que ha sido educado para ocultar los sentimientos. "Cuando ve que su hija es acosada por su padrastro no manifiesta nada. Ama profundamente a su hija, pero ha nacido en ese ambiente de no expresar lo que uno siente y vivirá toda su vida en ese círculo".
La actriz, que ha sido dirigida en Francia por los grandes realizadores del cine francés como Truffaut, Godard o Chabrol, dice que es una suerte trabajar con hombres como ellos. "Chabrol es un director, como lo fue Truffaut, que una vez elegido el casting es absolutamente consciente del trabajo de los actores y dirige muy poco. Obliga a pensar y cuando se percata de que el actor no va en la dirección acertada, con una gentileza exquisita y gran sentido del humor, le vuelve a llevar por el camino adecuado. Es un buen director y posee una sutileza extraordinaria. Yo me he llegado a sorprender de lo que ha sido capaz de obtener de mí como actriz, cosas que yo no sabía que era capaz de hacer. Es sabio como un mono".
Nathalie Baye dice que ha aprendido mucho de los directores con los que ha trabajado. "Es curioso, pero con hombres como Chabrol, Truffaut o Spielberg, que aman tanto el cine, es muy bueno trabajar con ellos. Contagian la emoción que sienten cuando se colocan detrás de la cámara. Chabrol se muestra eufórico y Spielberg es capaz de ponerse a saltar".
La actriz, que ha participado en algo más de medio centenar de películas, apunta que todavía hoy le sigue entusiasmando su trabajo. "Hay algunas cosas que son increíbles en esta profesión. Deseo continuar en ella para seguir aprendiendo. Mi trabajo me sigue aportando cosas, una se entrega por completo y actuar supone un peligro, un momento de vértigo". Aunque, matiza, "me gusta, pero así como Truffaut decía que era mejor el cine que la vida, yo sigo pensando lo contrario, que prefiero la vida que el cine. Hay muchos sentimientos que se entremezclan cuando sirves a un texto y consigues que la personalidad del actor desaparezca detrás de la personalidad del personaje que se interpreta. Si consigo eso es fantástico. La interpretación suprema es eso".
Se confiesa profundamente europea y dice que por ahora no le vuelve loca trabajar en Estados Unidos para lograr eso que llaman el sueño americano. "Ahora, si se recibe la llamada de Spielberg -Atrápame si puedes- es imposible negarse a trabajar con él. No me gustan todas sus películas, pero sí la pasión que pone en el trabajo. En general, prefiero participar en una producción pequeña, con un director desconocido y que el proyecto me guste, que en una cosa grande que no me provoque ningún tipo de sensaciones".
La actriz, que protagonizó Una relación pornográfica, de Frédéric Fonteyne, junto a Sergi López, resalta el trabajo del actor español y algunas de las producciones españolas. "Esto no quiere decir que haya venido a España a buscar trabajo, pero una de las cosas que más me gustan de mi oficio son los encuentros; con los actores, el director, conocer otras culturas. Es una suerte vivir en Europa porque a tan sólo dos horas de vuelo te puedes encontrar con una cultura diferente, con sabores y olores diferentes".
Defiende el cine europeo frente al americano y apuesta por educar a los niños para conocer su cultura cinematográfica y reclama mayor protección de los Gobiernos de los distintos países para el cine. "En Francia, el Gobierno apoya mucho las producciones del país y el francés respeta y apoya su cine. El americano es como un bulldozer. Nuestras películas no son peores que las americanas, pero ellos saben hacer algo muy bien y es vender el producto. Nosotros vendemos muy mal nuestro cine".
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