La Bienal de Valencia de 2005 tratará sobre el agua

Fue un golpe de efecto y, por tanto, inesperado. Después de la catarata de datos sobre el "éxito" de la reciente segunda edición de la Bienal de Valencia, que ha tenido 725.408 asistentes, según dijo la secretaria de Cultura, Consuelo Ciscar, lo que viene a ser casi toda la población de Valencia, tomó la palabra el consejero de Cultura, Esteban González Pons, y anunció que la próxima edición del 2005 estará dedicada al agua, tendrá el lema de Sin ti, no soy, y se realizará en el viejo cauce del río Turia. "El agua es vida, amor y destino", explicó el consejero en tono poético.

No hay tema "más mediterráneo ni más provocador que el agua y no hay tema que interese más a la ciudad que el agua", dijo el consejero, quien citó al poeta Pedro Salinas como responsable de un lema que, no obstante, recuerda más bien a la popular canción de Amaral, Sin ti, no soy nada. La última Bienal, que concluyó el domingo, fue un éxito, fue "provocadora y divertida, pero se le acusó de estar falta de compromiso, desde algunos sectores", añadió. Pues para compromiso, el agua, vino a concluir el consejero de la Generalitat, isntitución que, junto a otras gobernadas por el PP, financió este año un acto de paellas multitudinarias en defensa del PHN y del trasvase del Ebro, bajo el lema Agua para todos.

González Pons, que acaparó toda la atención de la conferencia de prensa convocada para hacer balance, rechazó que hubiera una consigna política en relación con el agua, respondiendo que había recogido la idea del director del encuentro, Luigi Settembrini, al que confirmó para el 2005. La idea original, sin embargo, no se focalizaba tan sólo en el agua, sino que sugería un recorrido por los elementos esenciales de la vida y el arte. El escenario será el cauce y la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. El consejero avanzó también que la Bienal de 2005 no tendrá exposiciones.

Incluso parecían sorprendidos Ciscar y Settembrini, que habían dado un alud de datos sobre "la bienal de las artes por excelencia", afirmó la primera. En total, 725.408 personas han asistido a las actividades durante los cuatro meses de bienal; un 64% de los valencianos ha tenido conocimiento o la ha visitado, según el estudio de Emerson-GFK; Solares, las intervenciones callejeras, atrajeron a 316.000 personas; Arquitecturas efímeras, en estaciones de tren y metro y en el aeropuerto, a 240.000; el convento del Carmen, a 93,000; la de Salgado en el Muvim, a 16.850; la de Mike Figgis en los palacios de la calle Eixarchs, a 7.523; Sociópolis, en San Miquel dels Reis, a 7.204; Microutopías, en las Atarazanas, a 15.507; las obras teatrales, a 19.775; el edificio del reloj, a 3.737. Por no hablar de los impactos en los principales medios de comunicación del mundo. Así, Settembrini mostró un documental de la BBC sobre Valencia, en el que se hablaba fundamentalmente de la obra de Calatrava, de Foster, del Mercado de Colón y sólo de pasada de la Bienal.

Como ya sucedió con la primera bienal, los datos ofrecidos contrastan con, por ejemplo, la escasa incidencia que el encuentro ha tenido en el verano entre los comercios, cafeterías y restaurantes de las zonas del centro histórico en que había exposiciones. Fueron numerosos los restauradores que señalaron a este diario a finales de julio que no habían notado prácticamente más afluencia de público con respecto al pasado año, sin bienal. La forma de contar los visitantes y transeúntes llama la atención. En la estación de Renfe se apostó durante un tiempo un joven que apuntaba a los viajeros que se quedaban mirando la instalación o simplemente miraban al pasar. En Sant Miquel dels Reis vendieron unas 25 entradas de Sociópolis, según fuentes de la Biblioteca Valenciana. Según el recuento oficial, asistieron 7.204, que bien podían haberlas comprado en otro lugar.