Un millar de personas marcha en Barcelona contra el 12 de octubre mientras 300 'ultras' homenajean a la bandera
La fecha del 12 de octubre congregó ayer en Barcelona dos manifestaciones muy distintas a favor y en contra de la celebración que, por primera vez en años, finalizaron sin incidentes. La denominada Plataforma Antifascista reunió a unas 1.000 personas, según la Guardia Urbana, bajo el lema "12-O. Nada que celebrar. Resistamos los fascismos".
La marcha partió de la plaza de los Països Catalans, en el barrio de Sants, y finalizó en la plaza de Catalunya. En todas las esquinas que cruzaba la marcha había un mínimo de dos furgonetas policiales para evitar que los manifestantes se dispersaran y lograsen llegar a la montaña de Montjuïc. Allí, junto al Palau Sant Jordi, los grupos ultraderechistas habían convocado el tradicional homenaje a la bandera, que reunió a 300 personas y que derivó, como todos los años, en un acto político en contra de los nacionalismos y de todos los partidos con representación parlamentaria, incluido el PP.
La manifestación contra el 12 de octubre finalizó con la lectura de un manifiesto y se disolvió pacíficamente. Minutos antes, al paso de la marcha por la plaza de la Universitat, un desconocido arrojó una botella contra los manifestantes y se parapetó en un bar. Fue el propio servicio de orden el que medió para que la provocación quedase en nada. Todos los accesos a La Rambla desde la plaza de Catalunya estaban fuertemente vigilados por la policía para evitar el acceso de los manifestantes a esas calles estrechas, un escenario habitual de los enfrentamientos con los agentes, la quema de contenedores y la rotura de escaparates.