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Columna
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Multas

Un juzgado de lo penal de Jaén capital ha condenado a un empresario al pago de una multa de 900 euros. Le entiende responsable de la muerte de un trabajador en el tajo. Una muerte, dice la sentencia, se originó por la falta de cuidado del empresario. La obra en la que murió este trabajador carecía de licencia, de proyecto técnico y se realizaba con materiales de otras obras. En suma, que si este trabajo de construcción contaba con alguna bendición, no era legal sino divina.

Pues bien, la falta de protección técnica y una muerte se despachan con una condena de multa, cuya cuantía es similar a la que nos pueden imponer por el hecho de circular por autovía a poco más de 140 kilómetros por hora. Una cuantía que, además, es muy inferior a la que hubiera costado el proyecto, la licencia y unos materiales nuevos que no provinieran de otras obras. En fin, es posible que, con la ley en la mano, la interpretación judicial que se ha hecho sea la correcta. Sin embargo, sea así o no lo sea, porque la Audiencia Provincial será la que diga la última palabra tras el recurso que se anuncia, la realidad es que cuando a los juzgados penales llegan casos de siniestralidad laboral es muy difícil que se soliciten penas de prisión. Menos aún, que se impongan.

Claro que tampoco es para alarmarse, después de todo ya adelantaba esta semana el fiscal jefe de Sevilla a Comisiones Obreras que, en los casos de accidente de trabajo, las penas de prisión no solucionan nada. Nada nuevo a la vista de cómo se pronuncian los juzgados. Nada nuevo, además, porque la apuesta va por lo que se llama la cultura de la prevención y que, como pide la presidenta del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales, debería ser obligatoria en los colegios.

Sin embargo, mientras se recorre este camino, mientras llega la cultura de la prevención, y Pilar del Castillo se piensa en sustituir la religión por la prevención, de suerte que los trabajadores se mueran de viejos y no lleguen al cielo demasiado pronto, no estaría de más que cuando ocurran accidentes por falta de medidas de prevención o en obras ilegales, las penas de multa a imponer fueran muy superiores en cuantía a la inversión que pudo hacerse en prevención para evitarlo. Más de uno se lo pensaría.

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