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Desactivada una bomba en la sede de Iberia en Roma

Enric González

La policía italiana desac-tivó ayer una bomba colocada junto a las oficinas de Iberia en Roma. El artefacto, de fabricación casera, consistía en una olla a presión rellena de clorato de potasio y conectada a un temporizador. "Podía haber hecho daño", declaró el ministro del Interior, Giuseppe Pisanu.

Todos los indicios apuntan, según Pisanu, a que el autor del fallido atentado es un grupo conocido como Las Cinco C (Células contra el Capital, las Cárceles, los Carceleros y las Celdas), que ya había enviado anteriormente paquetes explosivos a la compañía aérea española y que el pasado 12 de diciembre remitió un sobre-bomba a la redacción barcelonesa de EL PAÍS.

La bomba fue descubierta ayer por la mañana en la calle Bertoloni, a pocos metros de la sede de Iberia en la capital italiana. La policía, avisada de la presencia de un objeto sospechoso, ordenó la evacuación del edificio, y el acordonamiento de la zona. Los artificieros utilizaron un robot provisto de una microcámara para abrir el paquete y desmontar el artefacto.

Presos italianos

Las Cinco C se atribuyó en diciembre el envío a la redacción de Barcelona de EL PAÍS de un artefacto con 50 gramos de explosivo ocultos en un libro del poeta Giuseppe Giusti y acompañados de una carta reivindicativa. Las Cinco C reclamaba la excarcelación de los presos italianos en España, aunque su atención parecía centrarse en Claudio Lavazza y Giovanni Barcia, que cumplen condenas de más de 50 años por asesinar en 1998 a dos policías locales de Córdoba durante un atraco. Lavazza, de 55 años, es un antiguo miembro de Proletarios Armados por el Comunismo y está considerado el líder de Las Cinco C.

El último atentado reivindicado por el grupo fue perpetrado el pasado 17 de junio en el Instituto Cervantes de Roma. Un artefacto destrozó una puerta y todos los cristales de la fachada. La actividad más intensa del grupo se registró en diciembre de 2002. Además del paquete bomba a EL PAÍS, envió otros a las oficinas de Iberia en Roma-que la policía hizo explosionar-, en el aeropuerto milanés de Malpensa y en el aeropuerto romano de Fiumicino. También hizo estallar en la sede de Roma de la RAI, la televisión pública italiana, un artefacto de poca potencia que no causó víctimas ni daños materiales.

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