Un Teatro Irreal
Estimados señores responsables de la Fundación Teatro Lírico: ante la indefensión y el descontento en que nos encontramos numerosos usuarios del Teatro Real de Madrid, agravados sin duda por los hechos acaecidos en los últimos días, quisiera comentar lo siguiente, que me parece totalmente inadmisible sobre todo en un ente público y "en teoría" de prestigio como el Teatro Real:
En primer lugar, el servicio telefónico 902 24 48 48 adolece de innumerables incidencias, además de estar casi permanentemente ocupado. La única alternativa existente a dicho servicio, hoy por hoy, es la compra de entradas en la propia taquilla del Teatro Real. Además, muchas veces ni siquiera los operadores conocen el propio teatro ni las fechas en que actúan los carteles con los artistas de cada representación. En la página web (www.teatro-real.com) se ha venido anunciando durante meses la próxima venta electrónica de entradas, cosa que no está operativa hasta la fecha.
Igualmente demuestra un desinterés por parte de la gestión del Teatro Real el hecho de que no se contemple la posibilidad de amortizar las costosísimas instalaciones del mismo (que, recordemos, constituyen un bien público), así como los elevadísimos presupuestos de cantantes y montaje de cada ópera. Una alternativa coherente aplicada por teatros del prestigio del Metropolitan de Nueva York o el Covent Garden de Londres es la de ofrecer óperas diferentes cada día o incluso simultáneas en dos sesiones, por la tarde y noche, y en algunos casos matinés, lo cual les permite amortizar con creces los elevadísimos costes, pudiendo representarse varias óperas al mismo tiempo. De esta manera optimizan recursos y no se encuentran en la situación de infrautilización del Teatro Real. En contestación al argumento de que en España "no hay tanta cultura musical", hay que mencionar el caso del Auditorio Nacional, ejemplo de gestión y optimización de recursos y acierto en las programaciones: tanto en su Sala de Cámara como en la Sala Sinfónica, su organismo ofrece abonos anuales para todos los gustos y presupuestos.
Además, el Teatro Real debe ostentar el récord de teatros de ópera del mundo con mayor número de asientos con visibilidad "reducida o nula", lo cual resulta inadmisible. Este hecho estaría más o menos justificado si el teatro estuviese conservado tal y como se construyó, pero evidentemente no es el caso, puesto que ha sido reformado totalmente y se invirtieron muchos cientos de millones de pesetas en dicha labor. Y, en contra de la tradición y de la lógica, no pone diferentes precios a las entradas según la calidad de los cantantes que intervienen en cada función, con lo cual los espectadores en realidad pagan a escote las elevadas cifras de los divos y divas, aunque realmente no actúen.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.