Los refugiados norcoreanos en Corea del Sur se duplican
Un total de 1.141 ciudadanos de Corea del Norte huyeron el año pasado a la vecina Corea del Sur, prácticamente el doble de los 583 de 2001, según anunció ayer el Ministerio de Unificación surcoreano en un informe a la Asamblea Nacional. Desde que finalizó la guerra de Corea (1950-1953) han escapado un total de 3.834 personas. El 77% de ellos lo ha hecho en los últimos cinco años.
La mayoría de los refugiados saltan al sur vía China, donde según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) hay alrededor de 300.000 norcoreanos, concentrados principalmente en las provincias del noreste. Han llegado huyendo de la opresión y la penuria económica que atraviesa el país que con puño de hierro dirige Kim Jong Il. Desde 1995, Corea del Norte depende de la ayuda extranjera para alimentar a sus 22 millones de habitantes.
El Gobierno de Seúl prevé que el número de refugiados que va a tener que acoger siga en aumento, ya que muchos de los huidos sólo esperan en China, mezclados con la población local, una oportunidad para pasar al sur en busca de una vida mejor. Entre enero y agosto de este año, ha recibido a 781.
Pekín, que tiene un tratado con Pyongyang por el cual está obligado a repatriar a los desertores, rechaza reconocerlos como refugiados y los califica de "emigrantes económicos". No opina lo mismo la ONU, cuyo alto comisionado para los derechos humanos, Ruud Lubbers, dijo la semana pasada que "pueden perfectamente ser considerados refugiados" y no deben ser devueltos a su país, donde corren el riesgo de ser torturados y enviados a campamentos de trabajos forzados.
Presiones de EE UU
Las declaraciones de Lubbers se han producido en medio de las crecientes presiones estadounidenses sobre la ONU para que investigue la situación y se implique más activamente para responder al cada vez mayor número de norcoreanos que residen ilegalmente en China.
Washington está estudiando admitir por primera vez en su suelo refugiados de Corea del Norte este año. Ha propuesto al Congreso un cupo de 20.000. Espera con ello aumentar la presión sobre Kim Jong Il para que ponga fin a su programa nuclear. Algunos expertos consideran que este movimiento provocaría un éxodo, que podría facilitar el desplome del régimen estalinista.
Washington está negociando con las autoridades de Pekín para que colaboren en la salida de los norcoreanos. Pero China es reacia por razones políticas y de seguridad. Teme, precisamente, que se produzca una oleada de huidos y se desestabilice una zona del país muy afectada por el paro. El Senado de Estados Unidos aprobó en julio pasado una legislación que facilitaría la entrada de los norcoreanos que viven en China.
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