Jack Eisner, difusor de la historia del Holocausto
Jack P. Eisner, que vivió en el gueto de Varsovia y después utilizó su fortuna para contar cómo había sobrevivido al Holocausto, ha muerto a los 77 años en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, de cáncer de colon.
Tras emigrar a Nueva York en 1949, Eisner, nacido en Varsovia, pasó casi tres décadas convirtiendo sus empresas Stafford Industries en un negocio valorado en 50 millones de dólares. Como empresario, aprovechó los conocimientos adquiridos cuando proporcionaba comida a los judíos para beneficiarse de transacciones tales como comprar materias primas en Rumania para fabricar en Malta camisetas, que a su vez vendía en Canadá.
En 1978, Eisner vendió su empresa y empezó una nueva vida, dedicada a contar su traumática juventud. Fundó y fue presidente de la Holocaust Survivors Memorial Foundation (Fundación en Homenaje a los Supervivientes del Holocausto) que, entre otros proyectos educativos, financia cátedras en varias universidades para difundir la historia del Holocausto.
Dos años después publicó su autobiografía, The Survivor, un libro convertido por Susan Nanus en obra teatral representada en Broadway. Eisner también invirtió varios millones de dólares en financiar una película basada en su libro, dirigida por Moshe Mizrahi. Originalmente titulada The Children's War, la película se estrenó en 1985 con el título War and Love. Aunque las reseñas sobre el libro, la obra de teatro y la película son en general negativas, la historia de la increíble lucha de Eisner por la supervivencia es notable.
Tenía 13 años y una beca para el Conservatorio de Música de Varsovia cuando los nazis invadieron Polonia, en 1939, y enseguida recluyeron a los judíos en un gueto restringido. El niño abandonó la música y maduró instantáneamente. Así, organizó un grupo de jóvenes que practicaba el contrabando de comida y mercancías entre el gueto de Varsovia y el mundo exterior. Luego introdujo armas de contrabando para la revuelta del gueto, que comenzó el 19 de abril de 1943.
Capturado finalmente por los nazis, el joven Eisner sobrevivió a una sucesión de campos de exterminio -Majdanek, Budzyn y Flossenburg- mientras perecían más de 100 miembros de su familia, incluidos 30 primos carnales. Dos veces fue sentenciado a la horca, y en ambas las horcas provisionales se vinieron abajo, y una vez lo apalearon casi hasta la muerte.
Liberado por las tropas estadounidenses, Eisner permaneció en Europa varios años después de la guerra, testificando en los juicios de Nuremberg contra los crímenes de guerra alemanes, y ayudando a los estadounidenses a localizar criminales de guerra. En una época en que dicha acción era ilegal, también ayudaba a los judíos a emigrar de Europa del Este a lo que sería el futuro Estado de Israel.
Cuando Eisner publicó su biografía, en 1980, el crítico de Los Angeles Times calificó el libro de "estremecedor relato sobre lo que significaba tener 13 años cuando el Holocausto irrumpió en Europa".
En 1962, Eisner creó la Organización de Resistentes del Gueto de Varsovia, uno de los grupos más antiguos de supervivientes del Holocausto. En 1993 instaló en Varsovia un monumento en honor del millón y medio de niños judíos asesinados por los nazis. Eisner, que durante mucho tiempo fue líder en la promoción de un entendimiento entre cristianos y judíos, se reunió con el Papa en varias ocasiones. En 1994, encabezó un grupo de supervivientes del Holocausto, que visitó al papa Juan Pablo II.
A Eisner le sobreviven su esposa, Sara; dos hijos, Philip y Arnold; una hija, Lee, y dos nietas.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.