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Protesta en Manresa porque 25 alumnos todavía no tienen clases

Con el curso ya en plena marcha, los 25 alumnos del módulo de carpintería del instituto Guillem Catà de Manresa aún no han empezado las clases. La falta de un espacio en condiciones ha propiciado que la Generalitat plantee una solución provisional: que los estudiantes ocupen una clase en otro edificio separado por varios kilómetros del resto de jóvenes y que se queden sin algunos de los servicios, como el aula de informática, las mesas de dibujo y la presencia de un bedel, punto este último que ha causado el enfrentamiento entre la Generalitat y los padres.

Mientras el Gobierno no quiere hacer más inversión para resolver una situación de provisionalidad que asegura que estará resuelta en el mes de enero, los padres no quieren dejar a sus hijos en un centro donde toda la responsabilidad sobre la seguridad y las instalaciones recae en dos profesores. No están dispuestos a permitir la escolarización de sus hijos si no hay bedel. El pulso entre padres y Enseñanza originó ayer una sentada en el patio del instituto Guillem Catà, donde padres y más de 400 alumnos se solidarizaron con los afectados.

La presidenta del AMPA, Fina Barroso, calificó ayer de "vergonzante y lamentable" la actitud del departamento de Carme-Laura Gil porque, como explicaba otra de las madres afectadas, Carme Bautista, la Generalitat se mantiene firme en su posición; "no entiende que no podemos dejar a los alumnos sólo con un profesor porque cualquier problema que tuviese haría que los jóvenes se quedasen solos con máquinas de carpintería que pueden ser peligrosas".

La delegación de Enseñanza pretendía que los jóvenes iniciasen el curso el pasado día 29 de septiembre, pero los padres se opusieron. Los padres ya se concentraron el lunes en la puerta del edificio e impidieron que se iniciasen las clases porque consideran que el immueble no está en condiciones. "Tanto dinero para publicidad, y la Generalitat es incapaz de acondicionar un módulo", protestó ayer Bautista.

Alumnos del instituto Guillem Catà, ayer, en el patio de este centro de Manresa.
Alumnos del instituto Guillem Catà, ayer, en el patio de este centro de Manresa.MARCEL.LÍ SÀENZ
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