Los palestinos creen que la decisión destruye el proceso de paz

"La decisión del Gobierno de Israel de continuar con la construcción del muro tiene como objeto destruir el proceso de paz y hacer inviable la visión del presidente Bush de dos Estados viviendo en paz y seguridad, así como un intento de destruir cualquier fórmula de solución política", aseguró ayer el ministro palestino Saeb Erekat.

En esta misma línea se expresó el nuevo primer ministro, Ahmed Qurea, conocido como Abu Alá, que en unas declaraciones a la prensa internacional en Ramala manifestó de manera tajante que "todas estas medidas adoptadas por Israel acabarán por destruir el proceso de paz. Abu Alá, al igual que otros dirigentes palestinos, conminó a Ariel Sharon a poner fin a estas obras de separación, ya que, en su opinión, suponen establecer un apartheid.

La organización de derechos humanos israelí Betselem difundió ayer un estudio asegurando que la construcción de esta nueva fase del muro supondría el recorte de las libertades de movimiento para cerca de 80.000 palestinos, quienes a su vez sufrirían problemas económicos, ya que en muchos casos se les confiscan las tierras o se les impide el acceso a zonas industriales.

Ayer, unidades camufladas del Ejército israelí, los dudevan, secuestraron en Tulkarem a uno de los principales dirigentes de la organización fundamentalista Yihad Islámica, el jeque Basam Saadi, de 42 años, que desde hace meses era buscado por los militares. Un portavoz de Yihad anunciaba desde Gaza que la organización vengaría la detención de este dirigente.

El Ejército llevó a cabo la operación después de haber desplegado en Tulkarem gran número de carros de combate, mientras, sobre ellos, sobrevolaban varios helicópteros. La maniobra provocó la reacción de un grupo de milicianos que se enfrentaron a los soldados con armas. Dos palestinos resultaron muertos y media docena, heridos.