El colegio Virgen del Bosque

Somos padres de niños que, hasta comienzos del presente curso, iban al colegio Virgen del Bosque. Leyendo la carta de Carmen Marchante (EL PAÍS del 27 de septiembre), constatamos que usted ha tenido, tiene y va a seguir gozando del modelo educativo que libre y legítimamente ha elegido para sus hijos, sin que hasta el momento, al parecer, nadie haya pisoteado su elección.

Nosotros quisimos para nuestros hijos una enseñanza aconfesional de calidad que les fomentase la capacidad de análisis y crítica propios del racionalismo y el respeto a los demás propio del humanismo a secas. Y la Constitución Española obliga a los poderes públicos a garantizarnos, tanto a usted como a nosotros, esa libertad.

Por tanto, no han de confundirse cuestiones diferentes. No se trata sólo de debates ideológicos, sino de derechos constitucionales, de simples obligaciones incumplidas e incluso de una pura cuestión de formas. Si el curso próximo, a la semana de comenzadas las clases, se presentan sus hijos con una carta en la mochila en la que los Legionarios de Cristo le comunican que han vendido el colegio, pongamos por caso, a la Liga Comunista Revolucionaria, convocándole a una reunión con la nueva dirección para explicarle El capital, de Karl Marx, conserve el temple que manifiesta.