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Gordon Brown intenta conquistar a las bases laboristas con su discurso social

El ministro del Tesoro defiende un modelo británico entre EE UU y la Europa continental

Gordon Brown triunfó ayer en el Congreso de otoño del Partido Laborista al pronunciar un discurso con fuerte aroma a viejo laborismo en las formas, pero resueltamente centrista y reformista en el fondo. Premiado con una ovación larga y calurosa tras dirigirse con aires de primer ministro a las bases del partido en Bournemouth, Brown defendió el modelo económico británico como alternativa entre los dos extremos opuestos que representan EE UU y la Europa continental, demasiado mercado unos, demasiada protección los otros.

Brown, que ha recuperado súbitamente su cartel de potencial sustituto de Tony Blair, eligió un discurso profundamente político, sin apenas cifras. Defendió los logros económicos y sociales del laborismo y reservó sus dardos para los tories, despreciando con el silencio a los liberal-demócratas, muy crecidos desde que han atrapado a los dos grandes partidos en los sondeos.

Aunque sólo los más ásperos enemigos de Blair creen que el primer ministro puede acabar sucumbiendo en esta crisis, Brown pareció querer demostrar ayer que es muy capaz de ocupar su cargo y en algunos momentos pareció hablar con la autoridad de un líder del partido. Pasó de puntillas sobre la crisis de Irak, asociándola con la figura del primer ministro, al decir que "fue adecuado apoyar a nuestro líder Tony Blair en sus esfuerzos para llevar la seguridad y la reconstrucción a Irak".

El Congreso no celebrará un debate ni votará ninguna resolución sobre Irak después de que el voto de los sindicatos decidiera que los cuatro debates se ciñan a los temas que de verdad preocupan a sus afiliados: manufacturas, derechos de los empleados, pensiones y sanidad. Con las elecciones legislativas asomando por el horizonte, situar el debate en el plano nacional es lo que quiere el Gobierno, pero la izquierda laborista se echó las manos a la cabeza. "Es un escándalo mayor", clamó el veterano Tony Benn. "Es un ultraje", denunció la diputada Alice Mahon.

Si Brown asoció a Blair con la guerra, pareció asociarse a sí mismo con "el periodo más largo de crecimiento económico sostenible en 50 años", y llegó al extremo de proponer a Gran Bretaña como modelo: "América es emprendedora, pero no lo bastante justa; el resto de Europa tiene más cohesión social, pero no es lo bastante emprendedora".

Conquistó a la audiencia con apelaciones a favor de políticas de protección a los niños, los pensionistas, a la industria manufacturera. Y antepuso siempre el ideal del partido: la justicia social, la lucha contra las desigualdades y contra la pobreza. "En la Gran Bretaña de 2003 todavía hay demasiados ciudadanos a los que se niega el trabajo, demasiados que están mal pagados en sus empleos, demasiados que afrontan la pobreza en su jubilación, y tenemos que comprometernos a conseguir que también haya justicia social para ellos".

Lanzó un guiño a los sindicatos al defender que "en el futuro cada trabajador que contribuya a una pensión tendrá su pensión protegida y sus derechos de pensión garantizados", y prometiendo que negociará con ellos una nueva normativa sobre derecho de información y consulta a los trabajadores. Se comprometió también a que la sanidad siga estando financiada por el Estado, porque "la necesidad de un Sistema Nacional de Salud es mayor ahora que cuando se fundó en 1948".

"Somos laboristas"

Sus cánticos al laborismo tocaron techo cuando afirmó: "Creo que a lo largo de nuestra historia el laborismo ha necesitado no sólo un programa, sino un alma". "El Partido Laborista es mejor cuando es más audaz, cuando está más unido, cuando somos laboristas", concluyó, parafraseando el mensaje lanzado en este mismo escenario por Blair un año antes. Pero, más allá de la excitante música para nostálgicos, la letra fue Nuevo Laborismo puro y duro.

"Mientras yo sea canciller del Exchequer, nunca os pediré que abandonemos la responsabilidad fiscal, nunca dejaré al margen la disciplina económica, nunca abandonaré las reformas a largo plazo, nunca sucumbiré al cortoplacismo tory", clamó. "Os pido que apoyéis las reformas en nombre de la estabilidad, la prudencia, la responsabilidad y la planificación a largo plazo porque están en el núcleo de nuestra misión: en el centro de nuestra determinación para conseguir el pleno empleo y estar siempre del lado de las familias trabajadoras y de las oportunidades para todos".

Brown durante su discurso, ayer, en el segundo día del Congreso del Partido Laborista en Bournemouth.
Brown durante su discurso, ayer, en el segundo día del Congreso del Partido Laborista en Bournemouth.REUTERS

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