El origen del corte se sitúa entre Francia, Suiza e Italia
El origen del apagón estaba claro: el nudo de líneas de alta tensión entre Francia, Suiza e Italia. Las causas, sin embargo, resultaban anoche inexplicables. Se sabía que a las 3.01 saltó una línea de 400.000 voltios en Suiza y que, poco después, una fortísima tormenta eléctrica dañó en territorio francés los tendidos transalpinos. Suiza cortó el suministro minutos después de las 3.00, y Francia hizo lo propio a las 3.25, siguiendo el procedimiento previsto para evitar la extensión del problema. La red italiana, muy dependiente de la energía de ambos países, quedó aislada. Pero los suizos y los franceses recobraron la normalidad poco después. En Ginebra, el apagón estaba resuelto a las 4.20 de la madrugada. En Italia, en cambio, no funcionó el interruptor previsto para estos casos, y, una vez se desplomó la tensión en la red nacional, hicieron falta siete horas para empezar a levantarla de nuevo.
El operador de la red italiana, la sociedad Enel, culpó de inmediato al operador francés. Más tarde, empezaron a emerger indicios claros de que el fallo se había producido en el lado italiano. "Ha sido un problema en cadena cuyas repercusiones más graves se han producido en Italia", explicó Guido Bertolaso, jefe de los servicios italianos de Protección Civil. "Aún no sabemos qué funcionó mal", añadió.
El Gobierno de Silvio Berlusconi, que el pasado 14 de agosto, cuando el noreste de EE UU quedó a oscuras, proclamó que aquello "nunca podría ocurrir" en su país, clamó contra la dependencia energética italiana. El 16% de la electricidad procedía del extranjero, y eso era, según el ministro de Medio Ambiente, Altero Matteoli, "inaceptable". "Hay 26 proyectos aprobados para construir otras tantas centrales, pero no obtienen el permiso de las autoridades locales", denunció Matteoli. El presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, se pronunció en el mismo sentido: "No se puede seguir retrasando la puesta en marcha de nuevas unidades de producción". Forza Italia, el partido de Berlusconi, atacó a la izquierda por su "obsesión antinuclear".
Sin explicaciones evidentes
No era fácil, sin embargo, vincular la dependencia externa con el problema concreto de ayer. Romano Prodi, ex jefe del Gobierno y presidente de la Comisión Europea, hizo notar que el apagón carecía de explicaciones evidentes: "A esa hora de la madrugada estábamos al mínimo de consumo". En efecto, toda Italia, salvo Roma, dormía, y no existía problema alguno de suministro: para cubrir las necesidades nocturnas bastaba el 30% de la producción nacional.
El Partido de Refundación Comunista, a la izquierda del arco parlamentario, culpó del problema a la privatización del sector eléctrico. Una fuente mucho menos parcial, el Instituto Farvenhofer de Berlín, dedicado al estudio de la industria eléctrica, indicó igualmente que la privatización realizada en los noventa había provocado "una reducción sustancial" en las inversiones para mejorar las redes de distribución.
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