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LA POSGUERRA DE IRAK

Un iraquí muerto y 22 heridos en un nuevo ataque en Bagdad

Jorge Marirrodriga

Un iraquí murió ayer y otras 22 personas resultaron heridas cuando una bomba dirigida contra un blindado estadounidense estalló junto a un autobús de línea en Bagdad. La explosión, registrada en el barrio de Adhamiya, no causó ningún daño a los soldados de EE UU contra los que se había planeado el atentado.

El artefacto dirigido contra el blindado norteamericano estaba colocado en la mediana de una avenida que se caracteriza por un intenso tráfico. Desde que han aumentado las medidas de autoprotección de los soldados de EE UU, las patrullas de blindados, que de vez en cuando circulan por la capital iraquí, evitan hacerlo por el carril derecho, es decir, el adyacente a arcenes y aceras para evitar las bombas trampa colocadas en estas zonas. Los atacantes ya han tomado nota de ello, y así, cuando a las 9.30 de la mañana (7.30 hora peninsular española) pasó por allí la patrulla estadounidense, accionaron la bomba. Sin embargo lo hicieron tarde y el artefacto estalló cuando circulaba un autobús repleto de pasajeros. Un anciano murió y entre los heridos se cuentan numerosas mujeres y niños.

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Horas antes, zapadores estadounidenses habían conseguido desactivar otro artefacto explosivo en la plaza de Tahrir, en pleno centro de Bagdad. En un tercer atentado con bomba perpetrado en la madrugada de ayer, cinco policías iraquíes resultaron heridos cuando viajaban situados detrás de un vehículo estadounidense en el barrio de Azamiya. Los trabajos para el refuerzo de la seguridad contra atentados en la capital iraquí avanzan a marchas forzadas y los bloques de cemento de tres metros de altura están reemplazando en cuestión de horas a los alambres de espino y las barricadas de arena que protegían numerosos edificios oficiales iraquíes, acuartelamientos de los soldados de EE UU y los hoteles donde se concentra la prensa internacional.

No queda un edificio oficial donde iraquíes de paisano no cacheen exhaustivamente a los visitantes. La figura del vigilante de seguridad, aun de paisano, también se ha extendido a numerosos negocios privados.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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