La NASA intenta corregir los errores del 'Columbia' para volver a volar
Los lanzamientos de los transbordadores se reanudarán, como pronto, el próximo verano
Con la Estación Espacial Internacional (ISS) a medio construir y sin vehículo propio para astronautas alternativo a los transbordadores, la NASA necesita reanudar cuanto antes los vuelos de las tres naves que le quedan (Atlantis, Endeavour y Discovery), paralizadas en tierra desde el accidente del Columbia el pasado 1 de febrero. La agencia espacial estadounidense tiene ahora la lista detallada de requisitos -establecida por el comité de investigación del accidente- que debe cumplir antes de dar luz verde a la siguiente misión, así como las indicaciones para reformar el sistema de los transbordadores a corto, medio y largo plazo.
La NASA no sólo se ha comprometido a cumplir estrictamente las recomendaciones del comité de expertos, sino que ha añadido compromisos propios para aumentar la seguridad de los vuelos, con medidas como estudiar un plan para que la ISS sea un refugio temporal de tripulaciones de los transbordadores en dificultades, lo que supondría almacenar en la estación comida, agua y oxígeno para nueve personas durante 80 días. También ha creado un comité específico para supervisar los trabajos encaminados a la reanudación de los vuelos.
Se han desplazado ya 40 millones de dólares del programa científico al tripulado
Se estudia un plan para que la ISS sea un refugio temporal de los astronautas
Sin embargo, algunas promesas inicialmente efectuadas tras conocerse el informe (el 26 de agosto) van chocando con dificultades técnicas a medida que los expertos estudian en detalle cómo cumplirlas. Por ejemplo, se está trabajando ya en un sistema para que los astronautas puedan hacer algunas reparaciones menores en la protección térmica del transbordador en órbita, informa The New York Times. Pero los expertos de la NASA no garantizan que tengan listos a tiempo equipos a bordo para poder arreglar en vuelo serios desperfectos, como la fisura en el recubrimiento de carbono-carbono que resultó dañado en el ala izquierda del Columbia y que desencadenó, 13 días después, la pérdida de control de la nave al reentrar en la atmósfera, y su destrucción.
La fecha más realista ahora para reanudar los vuelos se sitúa, como mínimo, a mediados del próximo verano, en lugar de marzo o abril, como habían sugerido los responsables de la NASA tras el informe del comité de investigación, presidido por Harold Gehman. Mientras tanto, la Cámara de Representantes de EE UU ha pedido a Gehman que el comité asuma un segundo encargo: verificar que la NASA cumple todas las recomendaciones sobre los transbordadores antes de reemprender los vuelos.
El informe del comité (de 248 páginas) consta de dos partes. En la primera se repasa desde el sistema de los transbordadores, incluida su historia desde hace tres décadas, hasta el organigrama de la NASA y la detallada secuencia de la última misión del Columbia y el análisis exhaustivo del accidente, además del estudio de incidentes y fallos anteriores. En la segunda parte se abordan las causas del accidente y se van detallando las recomendaciones, resumidas
en tres páginas que abordan puntos críticos como la protección térmica, la toma de imágenes, los sensores de datos, la evaluación de basura espacial, revisiones de equipos y sistemas, programación, entrenamiento y rectificaciones.
Son 29 recomendaciones en total, de las cuales 15 deben ser cumplidas antes de volver a volar. Las primeras indicaciones abordan el problema que desencadenó la tragedia, especificando que hay que acabar con el desprendimiento de materiales durante el lanzamiento (como la espuma aislante del depósito principal que golpeó el ala del Columbia, provocando la tragedia). También se indica que hay que aumentar la resistencia de la nave a impactos menores y desarrollar un sistema de inspección en vuelo de la protección térmica de los transbordadores, volando autónomamente o en la ISS. Otra recomendación en este capítulo es crear simulaciones de ordenador para evaluar eficazmente daños de impactos.
Se define como obligatorio tomar más imágenes que ahora, y de alta resolución, en todos los lanzamientos. Los sistemas de sensores de las naves deben rediseñarse y mejorarse. Varios procedimientos de control y seguridad en las fases finales de preparación del lanzamiento deben reformarse o establecerse.
Entre varias recomendaciones organizativas sobre los procesos de toma de decisiones y evaluación de riesgos, el comité pide que se establezca una nueva Autoridad Técnica de Ingeniería para vigilar todos los requisitos del sistema de los transbordadores y responsable directamente ante el cuartel general de la NASA. De momento, ayer el director d ela NASA, Sean O'Keefe, aceptó la dimisión de los once miembros del Panel Asesor de Seguridad Aeroespacial, establecido en 1976 y criticado por el comité de Gehman.
De cara al futuro, el informe especifica: "Antes de operar el transbordador más allá de 2010, hay que desarrollar y realizar rectificaciones del vehículo a niveles de materiales, componentes, subsistemas y sistemas".
Las modificaciones no son gratis y, dadas las estrecheces económicas de las que siempre se queja la NASA, los responsables de la agencia han desplazado ya este año desplaza 40 millones de dólares del programa científico al tripulado para costear el trabajo de investigación de la comisión y poner en práctica algunas de sus recomendaciones.
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