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Entrevista:MOHAMMED CHAIB | Candidato a diputado por el PSC

"La fórmula es papeles para todos los inmigrantes que trabajan"

Enric Company

Pasqual Maragall ha incluido en su candidatura de las elecciones al Parlament del 16 de noviembre a Mohammed Chaib (Tánger, 1962), que se convertirá con toda probabilidad en el primer diputado catalán de origen magrebí. Licenciado en Farmacia por la Universidad de Barcelona, trabaja en un empresa suiza dedicada a realizar instalaciones esterilizadas para la industria veterinaria, farmacéutica y alimentaria. Reside en El Prat de Llobregat. Está casado con una catalana hija de padre cordobés y madre sevillana y tiene dos hijos, niño y niña nacidos en Cataluña. Y preside Ibn Batuta, una de las más importantes asociaciones culturales dedicadas a la integración de los inmigrantes. Habla marroquí, árabe, francés, castellano y catalán.

"En Cataluña hay 55 miembros de mi familia, todos nacionalizados"
"La cuarta reforma de la Ley de Extranjería significa que no hay política de inmigración"

Pregunta. A usted le puso Maragall el domingo como ejemplo de inmigrante extranjero perfectamente integrado en el país. ¿Se siente como un caso excepcional?

Respuesta. Mi peripecia y la de mi familia da para un libro, que algún día escribiré. Le diré que de los 55 miembros de mi familia que están aquí, en Cataluña, todos nacionalizados, soy el único que ha logrado terminar sus estudios. La integración de los inmigrantes es difícil, también para los niños y jóvenes que van a la escuela.

P. Usted va a ser diputado por el partido socialista y es, desde luego, un reclamo para otros electores de origen no español. ¿Sabe cuantos marroquíes de origen pueden votarle en las elecciones catalanas?

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R. No muchos. Según datos oficiales de 2002 hay 103.000 marroquíes instalados legalmente en Cataluña. Pero calculo que los nacionalizados, que son los que tienen derechos políticos, son entre 5.000 y 6.000. Y debe de haber, además, entre 20.000 y 30.000 en situación irregular.

P. ¿A qué se debe, en su opinión, que haya tantos inmigrantes en situación irregular?

R. A que no hay una verdadera política de inmigración. El hecho de que estemos discutiendo la cuarta reforma de la Ley de Extranjería en pocos años significa, simplemente, que no hay una política digna de tal nombre. Lo que en el norte de África, y en muchos países de Europa, se entiende cada vez que en España se inicia una de estas reformas es que está abierta la posibilidad de obtener permisos de residencia y trabajo. Y entonces viene más gente.

P. Pero, siendo así ¿qué hacer con los que están en situación irregular?

R. En el momento en que alguien está trabajando, hay que regularizarle. Un proceso de inmigración no controlada trae problemas tanto a los trabajadores autóctonos como a los inmigrantes establecidos legalmente. Hay empresarios que contratan a los que no disponen de papeles y así se ahorran las cotizaciones a la seguridad social y disponen de personal sin derechos: los esclavos del siglo XXI.

P. ¿Usted es partidario de regularizar a todos los inmigrantes sin papeles?

R. La fórmula es: papeles para todos los que trabajan. Y tres meses para los que no tienen trabajo, para que puedan encontrarlo.

Una política de inmigración debe consistir en la concertación de los contingentes necesarios con los países de los que viene la gente, en el control de los flujos, y, a partir de eso, trabajar en la integración de los inmigrantes. Lo que sucede ahora es que la concertación no funciona, porque los contingentes no se cumplen. Y se da una situación paradójica, contradictoria: los miles y miles de irregulares que están trabajando pero no logran papeles ven como al mismo tiempo se habla de traer legalmente otros contingentes, aunque esos contigentes tampoco se cumplan.

P. ¿Usted cree que la Generalitat ha de ser la responsable de dar los permisos de residencia y trabajo?

R. Nos gustaría que así fuera, pero no creo que eso sea posible mientras haya un gobierno del PP. Mientras tanto, lo que se necesita es que funcionen los contingentes. No puede ser que estemos siempre con el problema de los papeles. Eso dificulta mucho la integración.

P. ¿Qué hay más, inmigrantes que tienen la idea de quedarse o que piensan en regresar a su país al cabo de unos años?

R. Eso va cambiando con el tiempo. Muchos vinieron, sobre todo de Marruecos, con la idea de regresar, pero ahora están dándose ya muchos casos en los que no pueden hacerlo porque los hijos son de aquí y sólo quieren ir al país de sus padres para pasar las vacaciones. Como la inmigración es aquí un fenómeno reciente, todavía es incipiente toda la cuestión de las segundas y terceras generaciones. Pero ya apunta.

P. ¿A qué atribuye que Maragall le haya colocado en la candidatura?

P. Desde hace tres años soy un miembro activo de Ciutadans pel Canvi, de cuya comisión permamente formo parte. Y dentro de Ciutadans pel Canvi presido una plataforma denominada Apertura Intercultural, dedicada a promover el diálogo entre los inmigrantes y los autóctonos.

P. ¿Cuál es, en su opinión, el principal obstáculo para la integración de los inmigrantes cuando han superado la cuestión de los papeles?

R. Sin duda alguna en estos momentos es el problema de la vivienda. El hecho de que no hay viviendas de alquiler complica mucho las cosas. Sólo después de resolver estos problemas se pueden abordar los de la plena integración social y la interculturalidad.

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