La Universidad vasca gestiona ayudas para etarras que no cursan estudios

La Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Mondragón acordó el pasado 15 de septiembre pagar las facturas de libros, correspondientes al curso 2002/03, de un total de 10 presos de ETA originarios de esta localidad. Las citadas facturas son todas por la misma cantidad, 120 euros cada una, sin especificar para qué libros, y sin IVA. Las facturas fueron remitidas al ayuntamiento por la coordinadora del Programa de Estudios de la Universidad del País Vasco (UPV) para alumnos reclusos, acompañadas de una carta en la que pide que, una vez que sea aprobada la solicitud de abono de las mismas, "tengan a bien" enviar un talón con el importe total "igual que en cursos anteriores". Sin embargo, en la relación que envía al ayuntamiento sólo cinco de los presos de ETA figuran como matriculados en alguna carrera. Los otros cinco no están matriculados en la UPV. A pesar de lo cual, es esta universidad la que remite las facturas al consistorio de Mondragón.

Entre estos presos se encuentran algunos con historiales muy sangrientos, como Jesús Mari Zabarte Arregi, acusado de nueve asesinatos. En su declaración ante la Guardia Civil explicó cómo, después de participar en el ametrallamiento de varios policías, matando a cuatro, pararon después la ambulancia que trasladaba a uno de estos y remataron a la víctima. Zabarte Arregi no figura en la lista como matriculado en ninguna carrera, pero la UPV sí envía una factura, sin IVA, de una librería de Mondragón, por 120 euros.

Tampoco Jon Agirre Agiriano, quien cuenta en su historial con el asesinato de un niño de 13 años, está matriculado en la universidad, pero su factura es exactamente igual que la del anterior.

En esa lista de beneficiarios de la beca de libros también figura un secuestrador de José Antonio Ortega Lara y de Julio Iglesias Zamora, de quien tampoco constan estudios concretos.

Josu Arkauz Arana, Josu de Mondragón, tampoco aparece matriculado en la UPV.

Gabriel Urizar Murgoitio, condenado por asesinar a un mecánico, es el quinto de esa lista que tampoco figura matriculado.