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El retraso del AVE pospone sin fecha la ampliación de Cercanías

Los servicios regionales de Cataluña están casi al borde del colapso

El retraso en las obras del AVE, que, definitivamente, no llegará a Barcelona antes de 2006 -a Girona, ni se sabe-, tiene efectos secundarios: frena la ampliación de los servicios de Cercanías, casi al borde del colapso, y supone un obstáculo para la potenciación del transporte ferroviario de mercancías. Los técnicos de Renfe y las administraciones catalanas esperaban que los trenes de largo recorrido y los regionales empezaran a circular por la línea de alta velocidad y aprovechar los horarios que dejaran libres para ampliar los servicios cotidianos.

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"Era un planteamiento muy ambicioso que supuso dejar de invertir en otras áreas y ahora no tenemos ni lo uno ni lo otro", explica el decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña, Àngel Llobet. "Lo primero, la alegría por el hecho de que llegue a Lleida", dijo tras hacerse pública la noticia, pero de inmediato añadió otras reflexiones: "Esto no es alta velocidad, sino velocidad alta, y queda pendiente alcanzar un día los 350 kilómetros prometidos, si el sistema se comunicación y seguridad lo permite".

"Pero lo más grave", añadió, "es que si se hubiera planteado otra velocidad nos habríamos ahorrado mucho dinero y quizá ya fuéramos en tren. De momento hemos consolidado los sacrificios por la falta de inversiones en Cercanías y otras líneas, y es difícil que ahora se compensen".

El diputado socialista Manel Nadal destacó que la reforma de Cercanías y Mercancías, suponía que los regionales dejaran de utilizar estas vías. "No hay fecha para la llegada a Barcelona, pero de la línea hasta la frontera ni se habla. Y si no se construye la línea de alta velocidad, no se pueden liberar las actuales".

El proyecto, recuerdan Nadal y el portavoz de ICV en el Parlament, Joan Boada, era ampliar cercanías y organizar un nuevo servicio de trenes regionales entre las ciudades de Cataluña. Un proyecto que se aplaza indefinidamente, porque estos trenes tenían que circular por la nueva vía de alta velocidad, aunque sin pasar nunca de los 200 kilómetros por hora.

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El consejero de Política Territorial, Felip Puig, cree, sin embargo, que hay que confiar en que la presión sobre el ministerio haga que se aceleren los trabajos y que, al fin, se puedan poner en servicio estas líneas. ¿Cuando? Al sur de Barcelona, en 2006, apuesta; al norte, ya es más difícil de prever. Fomento declinó hacer declaraciones, aunque oficialmente sostiene que el tren puede llegar a Barcelona en 2005. La fecha inicialmente prevista era 2004.

La línea entre Lleida y Barcelona avanza a buen ritmo hasta Martorell, donde está pendiente de que Ferrocarrils de la Generalitat modifique su trazado. Pero está prácticamente paralizada entre esa ciudad y Barcelona. En julio se alcanzó un pacto para que el tren tuviera una estación en El Prat y cruzara el Llobregat por un puente. El ministerio anunció que iniciaría de inmediato los trámites para la declaración de impacto ambiental. Dos meses después, el trámite, que puede exigir más de un año, ni siquiera se ha iniciado.

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