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La Generalitat paraliza las obras ilegales de un hotel de La Vila ante la pasividad del alcalde

Llorca admite que el complejo, donde han muerto tres operarios, carece de licencia

Un día después de que fallecieran dos trabajadores en las obras del Atrium Beach, el complejo hotelero en construcción de La Vila Joiosa (Marina Baixa), los operarios siguieron hasta medio día de ayer en el tajo. La actividad en este complejo, que se ejecuta sin la preceptiva licencia municipal, no se paralizó hasta que la Dirección General de Trabajo dictó una orden en este sentido. La Generalitat intervino ante la pasividad del alcalde, José Miguel Llorca, del PP. Pese a admitir la ilegalidad de las obras, el alcalde no ejecutó ninguno de los 7 decretos de paralización de los trabajos.

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Tres muertos en seis días en una obra ilegal no fueron, al parecer, un sólido argumento para que el Ayuntamiento de La Vila Joiosa decretara la paralización inmediata del mastodóntico proyecto hotelero que se erige en la cala de Finestrat. Fue necesaria, ayer, la visita del director general de Trabajo, Román Ceballos, y la cascada de reacciones de sindicatos, oposición y entidades cívicas para que se dictara una orden de paralización cautelar del edificio.

El alcalde de La Vila Joiosa, el popular José Miguel Llorca, admitió el miércoles "conocer" las irregularidades urbanísticas del inmueble que sobrepasa con creces los límites de edificabilidad del planeamiento urbanístico. Sin embargo, Llorca se eximió de toda responsabilidad con el argumento de que envió en "cinco o seis" ocasiones a agentes de la Policía Local para que parasen la actividad. La continuidad de las obras, pese a la apertura de siete decretos de paralización por su propio departamento de Urbanismo, fue justificada por el alcalde con el siguiente argumento: "Tenemos poca potestad para actuar". Expertos en Urbanismo no sólo negaron este extremo sino que insistieron en la tesis contraria, en base a los preceptos de la Ley de Bases de Régimen Local. Esta norma de carácter estatal marca las directrices y competencias de los alcaldes en materia de infracciones urbanísticas.

Las mismas fuentes indicaron que el Real Decreto de Disciplina Urbanística "habilita" al primer edil o, en su defecto, a la Generalitat, para paralizar cualquier actuación que no se ajuste al objetivo para el que se solicitó la licencia . "La paralización inmediata de las obras está tipificada", dijeron. Abundaron, al respecto, que 48 horas después de que la Policía Local notifique al constructor la detención de las obras, en caso de que éste haga caso omiso, el alcalde "debe" incoar un decreto de precinto de las obras. En el supuesto de nueva desobediencia, el constructor puede incurrir en un delito penal. "Es aquí donde interviene el ministerio público", apostillaron.

José Miguel Llorca esgrimió ayer, ante el pleno de la corporación, los mismos argumentos en un intento de zafarse de las críticas de los grupos de la oposición. El más implacable fue el edil independiente Pedro Lloret. Este concejal abundó en la responsabilidad política del alcalde, "por acción u omisión", al no paralizar las obras, pese a tener constancia de la ilegalidad de las mismas. El edil independiente recordó que ante la pasividad de la alcaldía tuvo que recurrir a la vía de lo contencioso-administrativo para frenar el proyecto. Lloret también destacó la falta de medidas de seguridad en la obra, extremo ratificado por el alcalde. "No hay proyecto de seguridad, porque no hay licencia para el reformado del proyecto", precisó Llorca.

Por último, el concejal independiente acusó al alcalde de actuar con distinto rasero a la hora de hacer cumplir la legislación. Lloret recordó al primer edil que sí ha paralizado la construcción de otros hoteles que vulneraban la legalidad, ordenando a las fuerzas de seguridad precintar las obras. Llorca se escudó en "la buena voluntad" del constructor a la hora de acatar o no los decretos de paralización. "En el caso al que se refiere el concejal Pedro Lloret, el constructor voluntariamente acató el decreto, pero no han hecho lo mismo los del Atrium Beach", justificó el primer edil de La Vila.

El portavoz del grupo socialista, Jaime Rans, pidió que se depuren las responsabilidades políticas derivadas del fallecimiento de los tres operarios en las ilegales obras del complejo hotelero.

El debate en el pleno de la corporación sobre la legalidad o no de las obras del complejo hotelero concluyó con un acuerdo unánime, a propuesta del grupo municipal del Bloc, de convocar en el plazo máximo de cuatro días una reunión extraordinaria de la Comisión de Urbanismo sobre el tema.El Ayuntamiento de La Vila Joiosa, en manos del PP con mayoría absoluta, conocía, a través de denuncias de grupos de la oposición y de vecinos las supuestas irregularidades que rodeaban la construcción del complejo hotelero Atrium Beach, en la Cala de La Vila Joiosa.

Las iniciativas más importantes en este sentido proceden del edil independiente Pedro Lloret. Este concejal presentó el 26 de julio y el 18 y 23 de agosto diversos escritos en los que instaba al Ayuntamiento a adoptar medidas legales en materia de disciplina urbanística en relación con las obras de construcción de un hotel y una galería comercial promovidas por la mercantil Hotel Luna, SA, en la Cala. El edil reclamaba la mediación del Ayuntamiento a la vista de las irregularidades reflejadas en los diversos informes de los técnicos municipales. El Ayuntamiento no contestó a la demanda del concejal indpendiente y éste recurrió la paralización de las obras a la vía de lo contencioso-administrativo.

Las quejas y protestas de los vecinos de la Cala sobre la legalidad de la contrucción del complejo hotelero también comenzaron a llegar al Ayuntamiento a finales de pasado mes de julio. Así, un residente en la zona solicitó la adopción de medidas en materia de actividades nocturnas y ruidos. Este residente denunciaba el exceso de ruidos derivado de los trabajos.

El 22 de julio, un propietario de la zona pedía al Ayuntamiento que frenase "esa barbaridad [el hotel] turística". El denunciante resaltaba las evidentes diferencias entre el proyecto inicial y su ejecución: "Nos vendieron hace tres años un complejo que no se parece en nada a lo que se está realizando", recoge el escrito. "Cómo se ha autorizado la modificación del proyecto", se pregunta. El alcalde ha reconocido finalmente que el Ayuntamiento no ha autorizado nunca la modificación del proyecto.

Por último, el pasado 30 de julio otras dos vecinas de La Vila remitían un nuevo escrito al Ayuntamiento denunciando supuestas irregularidades urbanísticas en la construcción del hotel, especialmente en el apartado de la volumetría y las alturas. "No entendemos cómo este Ayuntamiento, permite levantar a la promotora Atrium Beach, SL, una masa de hormigón destinado a hotel, y que según el anuncio publicitario nada tiene que ver con lo que se está ejecutando realmente que, por dimensiones y feo, rompe toda la belleza de la Cala", recoge el escrito.

Y en estas obras, cuya ilegalidad reconoce el propio alcalde al afirmar que el Ayuntamiento no ha autorizado el modificado del proyecto, han muerto tres operarios en seis días. El miércoles fallecía el joven Miguel P. A., después de haber trasladado a la empresa "su miedo" de trabajar en la obra tras la muerte del primer operario, el 11 de septiembre. En declaraciones a la SER, su hermana dijo: "Cuando pasó eso [el accidente], el jefe le dijo 'indio ahí deberías haber ido tú''. Fue entonces, continuó la hermana, cuando "se puso más mal todavía y tenía miedo". "Le dijo [el jefe] que si no podía trabajar se iba a la calle", continuó.

Por su parte , el secretario de Empleo del PSPV, Alejandro Soler, pidió ayer al Gobierno valenciano que invierta "más tiempo y dinero" en mejorar la seguridad laboral. Soler denunció la "despreocupación y la tranquilidad con que el Gobierno del PP encara el grave problema que tiene nuestra Comunidad con la siniestralidad laboral". Según indicó, "la posibildiad de morir en el puesto de trabajo se ha convertido en una verdadera espada de Damocles para los trabajadores valencianos".

El responsable socialista recordó que "hace apenas trece días, el consejero de Economía, Gerardo Camps, anunció a bombo y platillo que el Consell iba a empezar a negociar con los agentes sociales un plan para frenar los accidentes mortales en el trabajo". "Trágicamente, el plan de choque de Camps contra la siniestraliudad llega tarde", añadió. El responsable socialista concluyó exigiendo al Consell que utilice todos sus medios a su alcance para acabar con la inseguridad en el trabajo.

Trabajadores del Atrium Beach, parados, guardan silencio por la muerte de sus compañeros.
Trabajadores del Atrium Beach, parados, guardan silencio por la muerte de sus compañeros.OLIVARES NAVARRO

Cinco obreros solidarios

La dirección de la obra del complejo hotelero Atrium Beach estaba dispuesta en la mañana de ayer a echar tierra sobre las tres muertes de otros tantos operarios registradas en el espacio de seis días: "El jefe de obra ha dado la orden de seguir trabajando. Todos los obreros la han acatado", comentaba al filo del mediodía de ayer un encargado del servicio de vigilancia. Todos, salvo un grupo de cinco jóvenes yeseros que optaron por el paro en señal de duelo y respeto por los dos últimos operarios fallecidos. "Es lo mínimo que podemos hacer. Hemos decidido no trabajar en señal de duelo y respeto por los dos compañeros muertos", dijo David Caño, uno de los cinco miembros de la cuadrilla de yeseros.

David y el resto de sus compañeros, además de criticar la decisión de la dirección de seguir los trabajos, también abundaron en la falta de medidas de seguridad en el complejo. "Está todo en precario, y no es seguro transitar por los diferentes niveles de la obra", señaló Caño. "Yo no he visto a ningún coordinador de seguridad", añadió. En el mismo sentido se expresaron sus compañeros, que hicieron hincapié en la pasividad de la Administración a la hora de tomar medidas para paralizar la obra. "Es triste observar cómo muere gente [operarios] y nadie hace nada", se lamentaba José Villas, otro joven yesero.

Los cinco muchachos permanecían apostados sobre una valla mientras el resto de albañiles se afanaba en sus labores en la mastodóntica estructura hotelera.

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