El Consejo Económico y Social rechaza el plan de ahorro en medicamentos de Sanidad
El organismo consultor aconseja la revisión de la nueva orden de precios de referencia
El Consejo Económico y Social dio ayer un varapalo al Ministerio de Sanidad y le recomendó que revise la orden que pretende fijar un nuevo sistema de gestión y cálculo de los precios de referencia de los medicamentos (el máximo que subvencionan las arcas públicas por los fármacos recetados). Las críticas -que coinciden con las expresadas por la industria y los farmacéuticos- van desde la vaguedad en el cálculo del ahorro previsto (de 200 a 400 millones, según Sanidad) al posible desabastecimiento de medicamentos y la falta de credibilidad del sistema.
El dictamen del Consejo (un organismo consultor que cuenta con 61 miembros, entre representantes sindicales, sociales, de empresarios, consumidores y del Gobierno) no es vinculante. Sus conclusiones afectan a prácticamente toda la orden de precios de referencia que el Ministerio que dirige Ana Pastor incluyó en la Ley de Calidad y Cohesión sanitaria para combatir la creciente factura pública en medicamentos, que crece a un ritmo del 11% anual.
La patronal de los laboratorios, Farmaindustria, ha calculado que con la medida perderían 400 millones de euros. Para los fabricantes de genéricos, ello supondría una bajada del 30% en su facturación, y la crisis del sector, de acuerdo con su patronal (Aeseg).
El Consejo insiste en la utilidad del sistema de precios de referencia como instrumento "adecuado, pero no suficiente, para la racionalización del gasto farmacéutico", pero pide al Gobierno que revise el proyecto para evitar "consecuencias no deseables para los usuarios y para los sectores que intervienen en su aplicación".
Las principales críticas del dictamen, al que ha tenido acceso EL PAÍS, se exponen a continuación.
- Desabastecimiento. La orden fija un precio mínimo por principio activo (la molécula con propiedades terapéuticas del fármaco) en función de los tres más baratos registrados en Sanidad. Ello puede suponer que se utilicen productos que en verdad no se venden. Por ejemplo, en julio no se vendió ninguna caja de enalapril, un fármaco contra la hipertensión, por debajo del precio propuesto por Sanidad (7,57). Ello puede llevar al desabastecimiento del mercado, porque no hay fabricante que venda a esos precios, dice el dictamen.
- Sistema de precios. El Consejo critica la fijación de precios máximos para grupos de medicamentos no homogéneos (que tienen el mismo principio activo, pero no la misma presentación o dosificación). Estos grupos fueron definidos por Sanidad siguiendo lo que la Organización Mundial de la Salud llama dosis diaria definida, pero que desaconseja que se utilicen para fijar precios. La recomendación es volver a los grupos diferentes separados por dosis y formas farmacéuticas.
- Sustituciones. De acuerdo con el proyecto ministerial, si un médico receta a un paciente un medicamento de más valor que el máximo subvencionado, el farmacéutico debe cambiárselo por otro con el mismo principio activo dentro de una lista de los más baratos. Si el farmacéutico no consigue -porque el laboratorio no es capaz de fabricarlo- el producto de la lista, el usuario tendrá que pagar el precio íntegro del fármaco que se lleva. Esta situación puede chocar con la de desabastecimiento expuesta anteriormente
, interfiere en la capacidad profesional del farmacéutico y puede generar "dudas en torno a la calidad y el alcance de la prestación farmacéutica", afirma el dictamen del Consejo.
- Participación. El Consejo "estima que un cambio de esta entidad debería haberse abordado en un contexto de mayor participación". Además, considera que el plazo de dos meses dado a la industria para adoptar los nuevos precios de sus productos si quieren que sigan estando subvencionados por Sanidad es muy corto (en otras revisiones anteriores, de menor calado, el periodo ha sido de tres meses).
El director general de Farmacia, Fernando García Alonso, opinó que este informe era "uno más" de los 80 que han estudiado sobre la orden. "Muchos de sus argumentos ya figuran" en las alegaciones del sector (industria, colegios), dijo. "Los estamos estudiando".
Sobre el posible desabastecimiento afirmó que había un "malentendido". Cuando se fija el precio de referencia con los tres más baratos no pretende que esas compañías abastezcan el mercado, sino que Sanidad confía en que otras bajen sus precios para competir, explicó. "Hay que tener en cuenta que los medicamentos más vendidos no son los más baratos [de cada grupo]. Cuando el mercado no funciona, hay que corregirlo", añadió. Un ejemplo puede ser el enalapril. El genérico más barato cuesta 8 euros. El más vendido, 12,99 euros.
Lo que más le preocupa al director de Farmacia es que se diga que no se ha estudiado el impacto de la medida en las compañías. "Nos hemos reunido dos veces con las 30 de mayor cuota de mercado, y sus cálculos [sobre el coste de la medida] coincidían con los nuestros", afirmó.
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