Ley de Extranjería: el PSOE a la deriva
Cuando leí la noticia la pasada semana, no daba crédito a lo que estaba leyendo. "El PSOE pactaba con el Partido Popular una serie de enmiendas a la nueva reforma de la Ley de Extranjería que próximamente será aprobada por el Parlamento".
Junto al acuerdo con el gobierno, el PSOE mantiene en los tribunales, el recurso de inconstitucionalidad de distintos artículos de la propia Ley.
Por mucho que se esfuercen en transmitir que no hay nada de extraño en ello, lo que nadie se traga, o lo que no pueden negar los responsables socialistas, es la enorme incoherencia que cometen.
No tenía la menor duda que el PSOE haría idéntica política migratoria que la que hace el actual gobierno, si éste estuviera gobernado. Ahora, con esta incongruencia tan manifiesta, se refuerza mi opinión.
Ninguna Ley de Extranjería de las que hemos tenido hasta ahora, han servido para casi nada. En el fondo de esas leyes, no han estado presente los inmigrantes, sus circunstancias, sus vidas... sino para fastidiarlos y en vez de facilitarles las cosas, se ha ido a por ellos no dejándolos vivir con dignidad, ni respetando sus riquezas culturales.
El PP decía de las anteriores leyes que producían el "efecto llamada" y que su ley acabaría con ello. Nada mas lejos de la verdad. Las pateras, los bajos de los camiones, cualquier medio, por peligroso que sea, es utilizado por personas que viven muy mal y piensan y desean conseguir con la inmigración, mejorar sus condiciones de vida y la de sus familias.
Muertes, desolación, repatriación. Ese es el pan nuestro de cada día con la política migratoria vigente. Hechos que tristemente seguirán sucediendo, sin apenas llamar la atención, porque nunca será comparable mediáticamente hablando, el vuelco de una patera con personas desaparecidas, que un "gran soldado americano muerto en Irak".
La actual Ley de Extranjería no es para quitarle un poco de aquí y ponerle un poco allá y así quedaría arreglada. Se ha demostrado inservible y hay que rechazarla total y absolutamente.
Hace falta una nueva ley que tenga la voluntad innegable de que el ser humano inmigrante es su protagonista. Una ley con gran participación de las Organizaciones de Inmigrantes y con las ONGs que están diariamente trabajando y atendiendo esta problemática y cuya filosofía no sea otra que la que contiene la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Sólo así se podría ver con claridad si el PSOE tiene su propia idea sobre la inmigración, o si por el contrario sigue a la deriva, esperando llegar al poder para hacer lo mismo.
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