Esperando el ataque de Isabel
La costa este de EE UU se moviliza ante la llegada de un poderoso huracán
Se agotan las planchas de madera para cubrir ventanas y los generadores de electricidad. Se acaban en los supermercados las pilas, las linternas y el agua embotellada. Isabel está a punto de descargar su furia sobre la costa este de Estados Unidos, y desde Florida hasta Nueva Inglaterra cientos de miles de personas miran hacia el mar y se preparan para lo peor.
El huracán, que lleva gestándose varios días, estaba ayer frente a las costas de Florida, lejos aún para causar daños. La perspectiva del domingo pasado era muy preocupante: Isabel desarrollaba vientos que superaban los 250 kilómetros por hora, lo que le introducía en la categoría 5 de huracanes, la más devastadora, según la escala Saffir-Simpson. Afortunadamente, en las últimas horas la intensidad del viento cedió y las ráfagas, según el Centro Nacional de Huracanes, bajaron a menos de 240 kilómetros por hora, con lo que la definición cambió a categoría 4.
La experiencia de los habitantes de la franja habitualmente afectada por los huracanes en esta época del año les lleva a extremar las precauciones y a prepararse para cortes de agua y electricidad, árboles derribados y casas por los suelos... "Es importante que todos tengan un plan", repite la radio, y aconseja almacenar suministros básicos y reforzar los puntos débiles de las casas. El propio director del Centro Nacional de Huracanes, Max Mayfield, está encargándose en persona de la campaña de información.
¿Dónde golpeará Isabel? Por su trayectoria -oeste a noroeste, a una velocidad de casi 17 kilómetros por hora-, lo que más peligro correrá el jueves es la costa de Carolina del Norte; el viernes, si se mantiene la trayectoria, la zona de peligro se situará un poco más al norte, en Virginia y Maryland, incluida la capital, Washington. Los expertos del centro de huracanes advierten de los cambios en intensidad y dirección, pero cada vez apuntan más hacia la zona central de la costa este, y confían en que el sistema se debilite al entrar en contacto con la costa.
Si es cierto que Isabel pierde fuerza, podría convertirse en un huracán de clase 3, con lo que la fuerza del viento oscilará entre los 178 y los 208 kilómetros por hora, suficiente como para derribar casas y árboles y causar olas de varios metros. Desde 1900 hasta ahora solamente ha habido tres huracanes de la categoría 5, el más reciente en 1992, el Andrew, que arrasó parte de Florida y se convirtió en el desastre natural más caro de Estados Unidos: mató a 43 personas y causó daños por valor de casi 27.000 millones de dólares. Desde el terrible Mitch, que devastó Centroamérica en el año 1998 matando a 11.000 personas y destrozando importantes zonas de Guatemala, El Salvador y Honduras, no se había formado un huracán de esta fuerza en la zona del Atlántico y Caribe.
A pesar de que, al menos hasta ayer, el Centro Nacional de Huracanes no había dado la señal de emergencia y no hay aún órdenes de evacuación, todos los organismos se preparan y aconsejan a los ciudadanos que hagan lo mismo. Si Isabel descarga con fuerza -y eso se sabrá con más certeza entre hoy y mañana- habrá una gigantesca salida de automóviles hacia el interior en la zona de contacto con la costa, lo que obligará a cambiar las direcciones de carreteras y autopistas.
Las Fuerzas Armadas tienen también listo un plan de evacuación de buques de guerra y aviones de combate en las diferentes bases, especialmente en la de Norfolk, en Virginia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.