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Huelguistas con historia

Reyes Rincón

A principios del siglo XX se decía en Sevilla que la lucha obrera que mantuvieran los trabajadores de cualquier empresa nunca triunfaría si no estaban implicadas las cigarreras. Eran muchas miles, hasta 5.000, muy bulliciosas, con gran capacidad para organizarse. "El feminismo y el movimiento de la mujer trabajadora no pueden estudiarse sin conocer el mundo de las cigarreras sevillanas", asegura Ana María Ruiz-Tagle, actual presidenta del Consejo Social de la Universidad de Sevilla y diputada en las Cortes Constituyentes y senadora socialista entre 1982 y 1993.

Ruiz-Tagle nació en 1944 en la Fábrica de Tabacos, de la que su padre era director. Sus recuerdos de infancia son postales de cigarreras, a muchas de las cuales enseñó a leer y escribir. "Eran unas mujeres muy politizadas, tenían un concepto muy claro de la libertad", apunta. "Eran económicamente independientes, ejercían su libertad sexual y casi todas eran madres solteras", advierte.

"Sevilla está muy identificada con la fábrica, siempre ha estado ahí, si la cierran le quitan una parte de su historia", advierte la presidenta del comité de empresa de Altadis en Sevilla, Josefa Medrano. En 1760, el índice de operarios de la fábrica sevillana suponía el 11,12% del total de la población productiva de la ciudad; la tercera actividad en número de trabajadores, con 1.499 cigarreros, sólo por detrás de la industria textil y de los jornaleros sin cualificación determinada. Aunque las mujeres llegaron más tarde, en 1813.

Hasta entonces, en la planta de Sevilla sólo se fabricaba tabaco en polvo, molido por pesadas máquinas que necesitaban operarios robustos. Pero a principios del siglo XIX se amplió la producción a los cigarrillos, que se hacían manualmente y necesitaban mucho personal cuidadoso, con las manos finas, cuanto más, mejor, según recoge José Luis Ortiz de Lanzagorta en su libro Las cigarreras de Sevilla (1988). Además, por su menor incidencia en el mercado y su precio más barato, requería bajar el coste salarial. "La mujer, una vez más, era la víctima propicia para la economía", afirma el escritor sevillano. "Y mientras más joven, mejor".

El historial huelguista de las cigarreras incluye algunas de las protestas laborales más importantes protagonizadas por mujeres. En el siglo XIX, hay constancia de huelgas para exigir mejoras de las condiciones de trabajo en los años 1838, 1842 y 1872. Cuando empezó a imponerse la mecanización, las cigarreras vieron peligrar sus puestos de trabajo, eminentemente manual, y se pusieron a la cabeza de la lucha contra la máquina. Aunque entre todas las mejoras laborales, hay una que ellas consiguieron hace siglo y medio y que aún hoy sigue pendiente en la mayoría de centros de trabajo: la guardería infantil. Dado el gran número de trabajadoras que no tenían con quién dejar a sus hijos, la fábrica decidió colocarles cunas allí mismo.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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