Nuevo formato, más intensidad
La máxima competición europea reduce el número de partidos y adelanta los duelos decisivos a febrero
La Liga de Campeones estrena mañana un nuevo formato, menos rentable para los jugadores y los clubes pero más emocionante para los aficionados que verán duelos decisivos mucho antes de que comience la primavera. La UEFA ha dado un giro a la competición que ya remodeló en la temporada 1992-1993, y ha decidido reajustar los beneficios de su presupuesto, reducir el número de partidos, y aumentar de paso la intensidad de los encuentros eliminando una de las dos liguillas previas. Ahora sólo se jugará una liguilla, en la primera ronda, ordenada en ocho grupos de cuatro equipos cada uno. Los dos primeros de cada grupo pasarán directamente a la fase eliminatoria de octavos de final, que se decidirá a doble vuelta según el sistema tradicional, a partir del próximo 24 de febrero.
La aventura ocupa a cuatro equipos españoles. El Madrid, fuerza hegemónica desde que salió campeón en 1997, el Deportivo, que va camino de convertirse en clásico, la Real Sociedad y un debutante, el Celta. Los rivales asignados en suerte a cada club español se ordenan por orden inversamente proporcional al de su tradición. Así, el Celta recibirá su bautizo en el grupo H, el mismo que ocupan el Milan y el Ajax, dos campeones múltiples, donde la excepción es el débil Brujas, al que visita mañana.
En el grupo D la Real recibe el miércoles al Olimpiakos con el objetivo de imponer su historial de subcampeón español por encima del equipo griego y el Galatasaray, turco, en un grupo donde la Juventus se anuncia como clara favorita para ganar la ronda. El Deportivo lo tendrá más fácil para hacerse respetar en el grupo C, donde por plantilla es claramente superior al Mónaco -Morientes tenrá ocasión de exhibirse ante la afición española-, al PSV y al AEK de Atenas, tercero en la última Liga griega.
Por último, el Madrid probará con Beckham su conexión mítica en el torneo frente a rivales con mucho menos oropel. Para el equipo blanco será un reto imponerse claramente con la plantilla sui generis que tiene. Tras su sonada derrota en la temporada pasada, en Turín, el equipo que dirige Carlos Queiroz vuelve sin Helguera ni Cambiasso en plenitud de formas, con Hierro en la Liga de Quatar y un puñado de canteranos poco fogueados. Está en manos de sus estrellas más famosas, los llamados galácticos, para hacer valer su poder ante un recrecido Olímpico de Marsella, mañana en el Bernabéu. Luego tendrá que medirse a dos de los viejos equipos de la saga de la Copa de Europa, el Partizán y el Oporto. Nada que temer a menos que el proyecto de Florentino Pérez sufra un accidente imprevisto.
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