Washington pide disculpas por el tiroteo del viernes en Faluya

El Ejército estadounidense se disculpó ayer por el incidente en el tiroteo ocurrido en Faluya el día anterior en el que sus soldados causaron la muerte accidental de nueve policías iraquíes y un guardia de seguridad jordano. El reconocimiento del error, 24 horas después, no evitó que cientos de habitantes de esa ciudad eminentemente suní convirtieran el entierro de las víctimas en una manifestación de repulsa a Estados Unidos.

"Los responsables militares de la coalición se han puesto en contacto con militares jordanos y con autoridades iraquíes para expresarles que lo sentimos y presentarles disculpas", anunció el teniente coronel George Krivo, portavoz militar. En la madrugada del día anterior, una patrulla norteamericana abrió fuego contra varios vehículos que se saltaron un control sin percatarse de que dos de ellos eran coches policiales que perseguían a unos bandidos.

Krivo anunció la apertura de una investigación que estará a cargo del general Jeffrey Schloesser, representante personal del general Ricardo Sánchez, máximo responsable militar estadounidense en Irak.

Pero las disculpas llegaron muy tarde para los familiares de las víctimas. "Estados Unidos es enemigo de Dios", gritaron los deudos en medio de tiros al aire que obligaron a la policía local a dispersar a los manifestantes, también a base de disparos de advertencia. Los clérigos locales condenaron las muertes, anunciaron tres días de luto y convocaron una jornada de huelga general para hoy.

Mientras tanto en Nayaf, el día límite para el desarme de las milicias transcurrió sin incidentes. Los marines estadounidenses que aún patrullan la ciudad, porque -tal como ha denunciado el general español Alfredo Cardona- EE UU aún no ha equipado completamente a los contingentes centroamericanos, evitaron la confrontación y sólo detuvieron a una persona que se negó a entregar un arma para la que carecía de permiso.