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ACS da marcha atrás en su intención de comprar las dos filiales de Babcock y complica más el futuro de la empresa

El País

El intento de asegurar la viabilidad del fabricante de bienes de equipo Babcock Borsig España tras su fracasada adjudicación a la multinacional alemana del mismo nombre sufrió ayer un nuevo contratiempo, a escasas fechas de que se decida la venta de la empresa a una de las tres firmas que han presentado ofertas firmes. La compañía Maessa (Mantenimientos, Ayuda a la Explotación y Servicios), que iba a adquirir dos filiales de Babcok, Isotron (de ingeniería) y Babcok Montajes, comunicó ayer por escrito a la empresa de Trapagaran y a la SEPI que renuncia de forma irrevocable a comprarlas.

El motivo de esta marcha atrás, después de que el consejo de administración de Babcok Borsing aprobara la venta el pasado 4 de septiembre, es que la constructora ACS, que tiene el cien por cien del capital del grupo Maessa, no ha ratificado la operación, informó Europa Press. ACS no ha explicado oficialmente el motivo por el que ha desautorizado la compra de las filiales de Babcock, lo que añade nuevas complicaciones para el futuro integral de la empresa.

La noticia se conoció el mismo día en que miembros de los sindicatos representados en el comité de empresa de Babcock Borsig España (ELA, UGT y CC OO) se reunían en Madrid con directivos de Ultramar, una de las tres compañías que han presentado ofertas para adquirirla. Los representantes de los trabajadores, en una cita en la que también estuvo presente el director general Babcock, Enrique Palomino, pidieron a los responsables de la empresa mexicana detalles sobre sus planes si adquieren la firma vasca. Los otros dos aspirantes son la compañía austriaca ATB y la noruega Enviroarc, ninguna de ellas punteras en el sector de bienes de equipo.

Ultramar plantea el mantenimiento de todas las actividades de la compañía y el desarrollo de nuevas áreas de negocio, estructurando Babcock como holding de las diferentes unidades de negocio industriales de su grupo. La firma mexicana ofrece mantener una plantilla de 404 trabajadores frente a los 635 actuales y prevé unas inversiones de 40 millones en cuatro años.

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