Cancún entre la OMC y el Foro de los pueblos
Durante los primeros quince días de septiembre la mexicana ciudad de Cancún se ha convertido en uno de los centros de atención planetaria. Allí está teniendo lugar lugar la 5ª Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), y concurren los representantes gubernamentales de los 146 países que la integran con las delegaciones de mas de mil organizaciones no gubernamentales de todo tipo procedentes de los cinco continentes. Estas últimas, nucleadas alrededor del Foro de los Pueblos, han movilizado a más de 50.000 personas tratando de ofrecer una alternativa a las políticas neoliberales impulsadas por la OMC.
La OMC es el máximo órgano internacional que se ocupa de las normas que rigen el comercio entre los países. Creada en 1995 se ha convertido una de las principales organizaciones multilaterales responsable del proceso de globalización económica neoliberal que se está desarrollando desde el final de la guerra fría en los años 1980-1990. La OMC establece normas internacionales en tres áreas fundamentales: el comercio de mercancías (agricultura, textiles y confección, defensa comercial, medidas sanitarias y fitosanitarias); el comercio de servicios (financieros, comerciales, de asistencia técnica, educación, salud, cultura, medio ambiente, servicios sociales); y sobre los derechos de propiedad intelectual (derechos de autor, marcas de fábrica, indicaciones geográficas, licencias, patentes). La estructura de la OMC contempla un Organo de Solución de Diferencias donde acuden tanto gobiernos como empresas para reclamar por los incumplimientos.
Estos últimos años ha aumentado la tensión entre los acuerdos establecidos por las Naciones Unidas (ONU), las decisiones de la OMC y las posiciones del Gobierno actual de los EE.UU. El futuro del Protocolo de Kyoto sobre el cambio climático, el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología o la Convención de Basilea sobre Residuos Peligrosos, entre otros acuerdos de la ONU, pueden estar en peligro. La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha afirmado recientemente que "el conflicto potencial o real" existe entre los acuerdos de la OMC sobre agricultura y derechos de propiedad intelectual, y la legislación internacional sobre derechos humanos como el derecho a la alimentación, vivienda, trabajo, salud, educación y autodeterminación.
Fue durante la celebración de su tercera Conferencia Ministerial (Seattle, EE.UU., 1999) que la OMC fue denunciada mundialmente por las gigantescas movilizaciones sociales en su contra que tuvieron lugar. La confluencia de esas movilizaciones, las posiciones de numerosos países en vías de desarrollo y las contradicciones entre la Unión Europea y los EE.UU. en materia agrícola hicieron fracasar aquella Cumbre.
Las críticas a la OMC son múltiples. Se le acusa de promover un modelo de integración económica global basada en el neoliberalismo que genera exclusión. Se denuncia la práctica de adopción de decisiones por consenso, en realidad establecido por un reducido numero de países fuertemente presionados por las grandes corporaciones multinacionales. Se afirma que la Conferencia de Cancún, en el nuevo marco de dominio unipolar existente, no debe convertirse en instrumento de la globalización neoliberal, responsable del incremento de la pobreza, las desigualdades y la exclusión en todo el planeta.
Frente a ello se reune el llamado Foro de los Pueblos como espacio construido por miles de organizaciones y movimientos sociales de todo el orbe, que en una dinámica similar a la del Foro Social Mundial de Porto Alegre, va a tratar de ofrecer análisis y propuestas alternativas a las de la lógica basada en el aserto de que el mundo es una mercancía, dominante en la OMC.
Los impactos de los acuerdos de la OMC sobre la agricultura, la alimentación, los recursos naturales, la salud, los servicios públicos, la privatización de la vida y el desarrollo económico y social, van a ser debatidos en el Foro de los Pueblos. En su interior, Vía Campesina, la articulación de organizaciones agrarias de todo el mundo que defiende el principio de la soberanía alimentaria frente al fundamentalismo librecambista, organiza el Foro Campesino al que asistirán mas de diez mil trabajadores del campo y pequeños y medianos agricultores, que encabezaran el 10 de septiembre la Marcha Internacional por los Derechos de los Campesinos y la Soberanía Alimentaria de los Pueblos. En el horizonte se perfila un necesario Convenio Internacional por la Soberanía Alimentaria que establezca que los alimentos no son una mercancía más. El día 13 es el reservado para la movilización global.
En España y la Comunidad Valenciana centenares de organizaciones sociales de diversos ámbitos han hecho público recientemente un manifiesto titulado Pongamos al comercio mundial en su sitio: por el derecho de los pueblos a definir su propio modelo social. En él se propone crear un nuevo espacio internacional bajo el sistema de las Naciones Unidas donde el comercio sea abordado en su justa medida quedando subordinado a la aplicación y desarrollo efectivo de los derechos humanos, laborales, económicos, sociales, ambientales y culturales.
Atentos al Cancún del Foro de los Pueblos que frente a la OMC proclama que Nuestro Mundo no está en venta.
Vicent Garcés es miembro del Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional.
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