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"La inmigración no es un problema político, sino económico", dice Sami Naïr

El eurodiputado abre en Sevilla un curso sobre la integración de los inmigrantes

El ensayista y eurodiputado socialista francés Sami Naïr calificó ayer de "electoral" el acuerdo sobre la Ley de Extranjería alcanzado el jueves por el PSOE y el PP. "La inmigración no es un problema político, sino que es un problema económico y social", explicó el eurodiputado. Naïr señaló que sería "mucho más conveniente ponerse de acuerdo sobre una concepción clara de la integración de los inmigrantes y de la solidaridad".

Naïr, que es catedrático universitario de Ciencias Políticas en París, abrió ayer el curso Inmigración. El reto de su integración en la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), en La Cartuja de Sevilla. El eurodiputado, que presentó la ponencia La Europa social y la identidad europea, se refirió a las medidas acordadas por el PP y el PSOE (concesión a extranjeros de visados de tres meses para que busquen un empleo en España, obligación de que las compañías aéreas colaboren contra la inmigración irregular...).

"El problema de la inmigración no es el de los visados o el de las compañías aéreas. ¿Qué supone eso? ¿Que no entren 100, 200, 1.000 personas?", se preguntó. "¿Eso significa que las compañías aéreas van a actuar de policía ahora? Es una medida que crea problemas", aseveró el eurodiputado.

Naïr abogó por activar "una política que consiste en poner en marcha políticas sociales que sean de verdad de integración de los inmigrantes". El eurodiputado socialista se mostró partidario de "afrontar el problema de los empresarios clandestinos". "No digo que haya que ponerlos en la cárcel. Hay que discutir con ellos, ayudarles a solucionar este problema", agregó el eurodiputado.

Naïr explicó que "todos los países ricos se enfrentan hoy en día a un desafío migratorio". "El Mediterráneo es seguramente la región en la que se encuentran las fracturas más profundas a nivel demográfico, económico y sociológico", dijo el ensayista, que hizo alusión a las "redes que se enriquecen" con el tráfico de inmigrantes. La única manera de responder a este reto se sustenta, a su juicio, en tres pilares: control de flujos de inmigración; política de integración, y ayuda al desarrollo.

Respecto al control debe haber, en su opinión, "una política común [europea] con un sistema de vigilancia común". "La Unión Europea va a elaborar una política común de visados. Es necesario que todos los países tengan la misma política de visados", comentó.

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El segundo pilar que defiende Naïr es "una política para proponer reglas comunes mínimas de integración". El tercer pilar se basa en la cooperación a través de inversiones que permitan "estabilizar a las poblaciones en sus países".

Naïr recordó que en todos los países subdesarrollados hay dos grupos sociales: las élites y los pobres. "Por ejemplo, en El Cairo hay más de un millón de personas que viven en el cementerio. Nacen y mueren ahí", afirmó. "El dinero de las élites de los países pobres está en Suiza, y nosotros nos aprovechamos de ese dinero. Para luchar contra esta situación hay que poner sobre la mesa los problemas reales. No es la ayuda al desarrollo lo que constituye una causa de la corrupción, sino las relaciones comerciales entre nosotros y esas élites de los países pobres", añadió el eurodiputado.

Naïr apostó por "una cooperación privada y pública ligada a la construcción del Estado de derecho". "No podemos defender un concepto democrático del Estado y, al mismo tiempo, pactar con gente que utiliza esto para no favorecer la democratización en sus sociedades", indicó el eurodiputado.

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