Marie Foster, activista por el derecho de voto de los negros
Marie Foster, cuyos silenciosos pero eficaces esfuerzos por conseguir el derecho de voto para los negros en Estados Unidos la convirtieron en símbolo nacional al ser golpeada por la policía en la marcha de Selma, Alabama, en 1965, falleció el 6 de septiembre a los 85 años.
Fue uno de los ocho miembros originales de la Liga de Votantes del Condado de Dallas, un grupo que acabaría por recibir el nombre de los Ocho Valientes; y trabajó con Martin Luther King y otros líderes de los derechos civiles para convertir a Selma en el centro de una cruzada nacional. Posteriormente, los organizadores locales la han considerado "la madre del movimiento para la obtención del voto".
Intentó registrarse ocho veces para votar antes de conseguirlo; ya había empezado a enseñar a los negros para que pudieran aprobar las pruebas de registro para votar, deliberadamente confusas. La golpearon con una porra al pie del puente Edmund Pettus, cuando policías a caballo pararon la primera marcha de Selma a Montgomery, el 7 de marzo. Dos días después intentó avanzar renqueando en una manifestación interrumpida pacíficamente. El 11 de marzo, cuando el presidente Lyndon B. Johnson apareció en la televisión nacional para anunciar que enviaría al Congreso un contundente proyecto de ley sobre el derecho al voto, King lo vio en casa de Marie Foster. Cuando finalmente se permitió que la marcha comenzara el 21 de marzo, dos semanas más tarde, Foster caminó 80 kilómetros en cinco días con las rodillas lastimadas.
Marie Priscilla Martin nació el 24 de octubre de 1917 en el condado rural de Wilcox, cerca de Alberta, Alabama. Foster dejó el instituto para casarse, y tenía tres hijos pequeños cuando su esposo falleció. Después de trabajar durante años, volvió al instituto y se licenció, años más tarde que su hija Rose. Pasó a una escuela de diplomados, se graduó como higienista dental y empezó a trabajar con su hermano, el Dr. Sullivan Jackson.
Se incorporó al movimiento a favor del derecho al voto porque le indignaba la discriminación racial. Mientras trabajaba con la Liga de Votantes del Condado de Dallas, fue de puerta en puerta con panfletos y pidió a todos los pastores religiosos de la ciudad que anunciaran el intento de registro desde sus púlpitos.
Al principio las cosas avanzaron con lentitud. Taylor Branch escribe en su libro Pillar of Fire: America in the King Years 1963-65 (Simon & Schuster, 1998), que su primera clase nocturna de alfabetización para poder contestar la prueba de registro para votar sólo atrajo a un alumno, un hombre mayor de 70 años.
Según Branch, en 1964 fue mencionada en un mandamiento judicial contra los líderes del registro para el voto junto a John Lewis, el líder de los derechos civiles que ahora es congresista por el Estado de Georgia. El Ku Klux Klan la amenazó en varias ocasiones de muerte.
Nunca abandonó su activismo, afirma Rose Sanders, una amiga y abogada a favor de los derechos civiles. Entre las batallas más recientes, Foster ha promovido con éxito varias luchas para proporcionar vivienda a los pobres de Selma y para que se retirara de un parque público la estatua del fundador del Ku Klux Klan. Daba clases de lectura a niños desfavorecidos en una pequeña aula situada cerca de su casa, y procuraba llevar a los niños pobres a la escuela dominical. "Nunca se rindió", afirma Sanders.-
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