Sharon encarga un plan al Ejército para deportar a Arafat

El gabinete de seguridad de Israel, bajo la dirección de Ariel Sharon, aprobó ayer la deportación "en principio" del presidente palestino, Yasir Arafat, y ordenó al Ejército preparar un plan para su expulsión. Tras conocerse esta durísima decisión, tomada contra la voluntad expresa de Estados Unidos y la Unión Europea, miles de palestinos acudieron al cuartel general de Ramala en el que vive recluido Arafat para expresarle su apoyo. "Nadie me va a cazar", dijo el histórico líder palestino, de 74 años.

Miles de palestinos marcharon anoche hacia el cuartel general de Arafat en Ramala, la capital de Cisjordania. "El presidente Arafat es una línea roja y todo el territorio se volverá rojo si alguien le toca", rezaba una de las pancartas que portaba la multitud. Los palestinos coreaban voces a favor de su líder y las balas trazadoras brillaban en el cielo. "Sois valientes, queridos míos. Abu Ammar se queda aquí, en Cisjordania", dijo el líder palestino a la multitud, mientras repartía besos al aire en el exterior de su cuartel general, semiderruido por los bombardeos israelíes.

Tras el regreso precipitado de Ariel Sharon de la India, donde acortó un importante viaje oficial tras los dos atentados suicidas llevados a cabo por Hamás, el gabinete de seguridad de Israel debatió ayer la expulsión del líder palestino, al que responsabiliza de la ruptura de la tregua de las organizaciones radicales, y lo declaró, en un escueto comunicado, "deportable". Aunque suspendió temporalmente esa actuación, encargó al Ejército israelí el diseño de un plan para llevarlo adelante.

Israel se enfrenta así al propio Gobierno de Estados Unidos, que ayer recordó que esa deportación no ayudará a la paz. En España, el presidente francés, Jacques Chirac, recordó que Arafat es el líder legítimamente elegido por los palestinos.