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Chirac advierte a Aznar de que la vía militar en Irak sólo traerá "resistencia"

El presidente francés constata que "está muy lejos" la posibilidad de enviar a sus tropas

Lo que José María Aznar denomina "terrorismo" en Irak, para Jacques Chirac es nada menos que "resistencia", palabra que, por sus connotaciones históricas antinazis, en Francia tiende a escribirse con una sacralizante mayúscula. El presidente francés advirtió ayer a su homólogo español de que ése es el único resultado probable de campaña militar en que participa España. Y no terminan ahí los desencuentros entre los dos líderes que ayer almorzaron y conversaron durante dos horas y media, si bien ambos aseguraron que sus diferencias, aunque reales, no son dramáticas.

El presidente contesta a Schröder que España crece por las reformas y la liberalización

"Nuestras relaciones bilaterales son enormemente sólidas, y en Europa, pese a las diferencias, compartimos los grandes objetivo a largo plazo. Espero que seamos capaces de resolver lo que tenemos delante con un espíritu positivo", dijo Aznar. "Podemos tener ésta o aquella sensibilidad diferente, pero nuestra voluntad de contribuir a la soluciones necesarias para la paz y la estabilidad del mundo son totalmente coherentes", añadió Chirac.

El ambiente resultó menos relajado de lo previsto. El presidente francés se presentó de traje en un encuentro que La Moncloa había anunciado "sin corbatas", en el ambiente campestre de Quintos de Mora. Sus elogios al paisaje quedaron como una de las pocas cosas compartidas. Otra, la condena del terrorismo, con "voluntad reafirmada" expresamente en el segundo aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas, incorpora la diversidad de "sensibilidades" a que aludió Chirac.

"El enfoque de pura seguridad no traerá la solución y está fomentado un fenómeno muy peligroso como es la resistencia, que se ha producido con frecuencia en la historia. Si la comunidad internacional se moviliza, tiene que ser con un enfoque político, no militar, orientado a transferir cuanto antes el poder al pueblo iraquí", dijo el presidente francés.

Aznar, que sostiene que los ataques contra las fuerzas de ocupación son simple terrorismo y que los ocupantes han actuado en todo momento al amparo de la ONU, se limitó a expresar el deseo de que se puedan forjar "consensos más amplios" a través de la nueva resolución que prepara EE UU para el Consejo de Seguridad.

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Chirac afirmó expresamente que los ocupantes han actuado hasta aquí "sin mandato de la ONU" y se mostró "abierto" a una nueva resolución, aunque puntualizó que "están lejos de darse las condiciones para que Francia participe con tropas" en la reconstrucción de Irak.

En el plano europeo, Chirac se mostró tajante en contra de la pretensión de Aznar de que la Conferencia Intergubernamental (CIG) incluya en el preámbulo de la Constitución europea una referencia al cristianismo. "Francia es un Estado laico, y no tiene el hábito de incluir reivindicaciones religiosas en una constitución. Por ello, se opone", aseguró, aunque reconociera previamente que son "indiscutibles" los orígenes cristianos de la civilización europea. Aznar, que sacó este tema, según precisó Chirac, evitó discutirlo en público.

El reparto de votos en el Consejo Europeo, el otro gran problema que España tiene en la CIG, se lo sacudió el presidente francés con expresión cándida. "Quiero recordar que Francia no pidió [que se modificara el sistema de votos acordado en Niza] ni Alemania tampoco. Es una petición de la Convención, de la que Francia ni siquiera se beneficia", afirmó. "Yo me ajusto al Tratado de Niza", reiteró Aznar, después de insistir en que la Convención que preparó el borrador de Constitución "no tenía mandato" para tratar este tema.

A la pregunta de qué salida puede tener este contencioso, el presidente del Gobierno tendió a mostrarse inflexible ("nadie hasta ahora me ha explicado cuál puede ser el interés de romper el Tratado de Niza"), mientras Chirac echaba balones fuera. "El arreglo es cosa de la CIG", comentó, como si ésta y su Gobierno no se conocieran.

El Pacto de Estabilidad fue el último tema debatido por los dos líderes. Chirac pidió que "el pacto tome en cuenta las exigencias de la coyuntura y que dé apoyo a la economía en tiempos difíciles". Aznar insistió en la necesidad de respetarlo, por exigencias de credibilidad de la UE y de estabilidad del euro, pero se mostró abierto a una flexibilización de los mecanismos, aunque con cautelas: "Tenemos un problema de crecimiento y no me gustaría que tuviéramos, además, un problema de estabilidad".

El presidente respondió, además, al canciller alemán, Gerhard Schröder, que el miércoles vino a decir que el hecho de que la economía española crezca por encima de la media europea, se debe a que el 1% del PIB español procede de las ayudas que recibe de Europa.

"El crecimiento económico español responde a distintas causas, y, si dependiera de los fondos europeos, no se entendería que yo recibiera un país con un 7% de déficit", dijo Aznar, previniendo cualquier tentación del PSOE de aplaudir a Schröder. "Lo que ocurre es que hemos hecho nuestras reformas y hemos liberalizado nuestra economía", añadió.

Por lo demás, declaró que no tiene interés en esta polémica. "Los debates parlamentarios son lo que son", señaló. "Yo no les doy más importancia. Hay que ver lo que se dice en el contexto que se dice", añadió condescendiente.

El presidente francés, Jacques Chirac, y José María Aznar, ayer, en Quintos de Mora.
El presidente francés, Jacques Chirac, y José María Aznar, ayer, en Quintos de Mora.ULY MARTÍN

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