Aznar y Berlusconi apoyan la iniciativa de Bush para que la ONU envíe tropas a Irak

El presidente del Gobierno, José María Aznar, y su homólogo italiano, Silvio Berlusconi, constataron ayer en Porto Rotondo, una lujosa urbanización de Cerdeña, una "identidad de puntos de vista sobre todos los problemas internacionales", y muy especialmente acerca de la oportunidad de la nueva propuesta de resolución sobre Irak que el presidente de EE UU, George Bush, piensa someter al Consejo de Seguridad. La iniciativa merece el rechazo del alemán Gerhard Schröder y del francés Jaques Chirac, cuyo primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, se unió a Berlusconi y Aznar para la cena.

"Me parece que la iniciativa de buscar una nueva resolución es positiva, está bien encaminada y que no hay por qué emitir ningún juicio previo que signifique enfrentamiento o división", dijo Aznar en la rueda de prensa que celebró tras almorzar con Berlusconi.

"Pensamos que hay que ampliar todo lo posible el número de países que pueden dar una mano para estabilizar la situación en Irak", señaló, por su parte, el italiano, que dijo que con Raffarin no pensaban tener una discusión concreta sobre el tema. "Las discusiones fueron sobre la intervención armada, peso ésa ya ocurrió. Las polémicas deben quedar atrás. Ahora, el problema es el futuro de Irak. Hay que apoyar el crecimiento político y económico de ese país para que en un modelo para toda la región".

También coincidieron plenamente los dos líderes en la necesidad de seguir presionando para que se aplique la llamada Hoja de Ruta en Oriente Próximo, aunque en ese tema Aznar fue más explícito, a la hora de resaltar el papel del EE UU, que Berlusconi, pendiente de los compromisos que le impone la presidencia de la UE. "Todo lo que se haga con EE UU será avanzar; todo lo que se haga sin EE UU, será poner más dificultades", dijo Aznar.

Argumentos sofisticados

El presidente del Gobierno no recurrió ayer a argumentos sofisticados para justificar las denuncias de conexiones del dictador iraquí Sadam Husein con Al Qaeda que formuló en las Cortes el pasado 5 de febrero. "Cualquier persona que leyese por aquellos días la prensa internacional sabía que existían o podían existir fundadas sospechas", dijo, 24 horas después de que el director del espionaje español, Rafael Dezcallar declarara ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso que sus servicios nunca tuvieron pruebas de esa conexión. Con ese argumento, Aznar se mostró seguro de que "los que buscan crear cuestiones donde no las hay, pues lo siento mucho, pero van a volverse a equivocar".

Aznar habló en febrero ante el pleno del Congreso de "las relaciones de Sadam Husein con Al Qaeda", que presentó como "un caso aparte por su especial trascendencia" y sustentó en el ejemplo de Abú Musa Al Sharkaui, el brazo derecho de Osama Bin Laden, quien, aseguró, "fue cobijado en Bagdad" antes de que algunos de sus colaboradores fueran detenidos en España. "El problema, señorías, nos afecta, y de cerca", concluyó.

Preguntado ayer por la base de esas afirmaciones que han quedado contradichas por las noticias que trascendieron sobre lo declarado por Dezcallar ante la Comisión de Secretos Oficiales, Aznar comenzó situando toda la polémica en "un intento", realizado por autores que no identificó, de que puesto que "sobre el tema iraquí hay problemas en algunos países, ¿por qué no va a haberlos en España?".

"Hay también otros casos", prosiguió. "Si en Francia se dice que han muerto 10.000 personas por el calor, ¿cómo es posible que no se hayan muerto más en España? Es un caso asombroso, pues no ha ocurrido de esa manera".

Dicho esto, Aznar insistió en que el secreto de la mencionada comisión del Congreso debe ser respetado, porque lo contrario "es hacer un flaco servicio a la institución", y recordó que "todo Gobierno tiene la obligación de mantener el secreto sobre muchas cuestiones, entre otras sobre las cuestiones que hacen referencia a los servicios de inteligencia".

Añadió que igual que otros califican "de cualquier manera" al actual régimen de Irak, "también se puede calificar al anterior régimen hasta de régimen con prácticamente muchas conexiones terroristas", y en relación con lo que dijo el pasado 5 de febrero en el Congreso, precisó: "No revelé ningún secreto. Cualquier persona que leyese por aquellos días incluso la prensa internacional, los diarios más prestigiosos internacionales, sabía que existían o podían existir sospechas de conexiones del régimen iraquí con elementos terroristas".

"Como estamos ante el comienzo de algo que se irá sabiendo poco a poco, tengo que decir que el Gobierno español ha hecho lo que tenía que hacer, que va a seguir defendiendo la legalidad internacional y que los que buscan crear cuestiones donde no las hay, pues lo siento mucho, pero van a volver a equivocarse", concluyó.

En relación con otro tema de estricta política interior, Aznar dijo que las críticas a su sucesión por Mariano Rajoy en la cúpula del PP formuladas por el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, "revelan una vez más que en el primer partido de la oposición las cosas no sólo no van bien, sino que tienden a empeorar", y añadió: "Estoy muy contento del proceso de sucesión, de cómo se ha desarrollado, porque creo que ha sido un punto de referencia muy importante desde el punto de vista democrático para todos los españoles, y, por lo que me han dicho, ha sido seguido con mucho interés en muchas otras partes del mundo".