Un coche bomba en plena comisaría central de Bagdad mata a un policía iraquí
El atentado iba dirigido al jefe de policía designado por la administración de EE UU
Un coche bomba hizo explosión ayer en la comisaría central de Bagdad y causó la muerte de un agente iraquí. El atentado, en el que resultaron heridas al menos 15 personas, iba dirigido contra el jefe de policía designado por EE UU, Hasan Alí, que salvó su vida. La bomba, que estalló a las 11.15 (9.15, hora peninsular española), destrozó una decena de vehículos antes de cubrir el cielo de Bagdad de una densa humareda negra. Mientras tanto, ya son 20 los detenidos por el atentado del pasado viernes en la ciudad santa de Nayaf, que causó la muerte de 130 personas.
"Estábamos sentados dentro, haciendo trabajo administrativo, cuando se produjo el estruendo", explicó el coronel Yahya Ibrahim, que tenía manchas de sangre en su camiseta azul y un vendaje en la cabeza. "No estamos aquí para servir a ningún partido o persona; estamos aquí para servir a Irak", afirmó.
La fuerza de la explosión hizo volar por los aires un vehículo, que fue a parar al tejado del edificio que alberga la academia de policía. Soldados estadounidenses cerraron todos los accesos al complejo tras el estallido de la bomba.
El Ejército de EE UU supervisa en el edificio atacado el entrenamiento de la policía iraquí
y trabaja estrechamente con sus agentes, a los que ha proporcionado armas y uniformes nuevos. Por ese motivo, el atentado ha sido interpretado como un nuevo golpe a los intentos de Washington por estabilizar el Irak ocupado.
Como ocurriera con las bombas contra la Embajada de Jordania, la sede de la ONU en Bagdad y el santuario de Nayaf, la acción de ayer fue preparada con extremo. La policía iraquí sospecha que alguien de dentro proporcionó información a los responsables del atentado o participó directamente en su ejecución.
Se trata del primer ataque perpetrado contra una comisaría de policía de Bagdad desde el inicio de la campaña bélica liderada por Estados Unidos para derrocar el régimen de Sadam Husein. Los ataques contra las fuerzas anglo-estadounidenses, sin embargo, no han cesado. El último se produjo el pasado lunes con la explosión de un artefacto en las afueras de Bagdad. Dos soldados norteamericanos murieron y uno más resultó herido al ser atacado el vehículo Humvee en el que viajaban, al pisar un artefacto oculto en una de las principales carreteras que circunvalan la capital iraquí en la zona sur.
El número de soldados estadounidenses heridos en combate desde el principio del conflicto asciende ya a 1.124, más del doble que durante la primera guerra del Golfo, en 1991. En el mes de julio resultaron heridos una media de 10 militares al día. Sólo la semana pasada tuvieron que ser atendidos 55. Más estadounidenses han resultado heridos desde el 1 de mayo, cuando el presidente George W. Bush dio por terminadas las operaciones militares de envergadura, que durante la guerra propiamente dicha. El número de muertos es, desde hace semanas, también superior.
Por otro lado, al menos 20 personas, en su mayoría no iraquíes, permanecían ayer detenidas en relación con el atentado del viernes en Nayaf, en el que murieron 130 personas, entre ellas el ayatolá Mohamed Baqer al Hakim. Según fuentes estadounidenses, sólo dos de los detenidos son iraquíes, mientras el resto de los sospechosos son dos kuwaitíes, seis palestinos con pasaportes jordanos y diez saudíes. Conexión con Al Qaeda
Cuatro de los extranjeros habían entrado clandestinamente en el país y podrían estar vinculados con la red terrorista internacional Al Qaeda, añadieron las fuentes. Sin embargo, un policía iraquí, que pidió no ser identificado, aseguró que la mayoría de estos detenidos están relacionados con la organización de Osama Bin Laden.
Por su parte, fuentes de la hawza, máxima autoridad religiosa para los chiíes de Irak, afirmaron que un grupo de saudíes pertenecientes a organizaciones fundamentalistas suníes habían confesado estar detrás del atentado de Nayaf. Junto a ellos, un número indeterminado de miembros de los llamados Fedayines de Sadam también admitieron haber participado en el ataque que costó la vida a Al Hakim, agregaron las mismas fuentes. Los fedayines de Sadam eran los encargados de la protección personal del depuesto presidente iraquí y estaban dirigidos por su primogénito, Uday, muerto con su hermano Qusai en Mosul a manos de las tropas estadounidenses.
Fuentes policiales señalaron que los sospechosos detenidos confesaron que planeaban el asesinato de varios líderes políticos y religiosos, así como la destrucción de oleoductos y conducciones de agua.
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