El mosaico sobre el mercado de Santa Caterina toma forma
El gran mosaico de cerámica del artista Toni Comella que cubrirá el mercado de Santa Caterina, en la avenida de Francesc Cambó, empieza a tomar forma sobre las irregulares volumetrías proyectadas por Enric Miralles (fallecido en julio de 2000) y Benedetta Tagliabue. El mosaico, realizado con hexágonos de 15 centímetros de lado, tendrá cuando esté terminado una superficie total de 5.500 metros cuadrados. Los 67 colores empleados se inspiran en los productos naturales que se expenderán en los puestos.
José Miguel Díez, coordinador de la obra, que impulsa Foment de Ciutat Vella y construye la empresa de ingeniería Gecsa-Gpo, señaló a este diario que está en estudio la posibilidad de construir un mirador o bien un sistema de espejos para que la deslumbrante cubierta, cuyas formas recuerdan a las que utilizaba Gaudí, pueda ser contemplada una vez finalizada la obra, prevista en principio para el próximo 23 de abril, aunque todavía sin los puestos instalados.
Bajo la espectacular cubierta, de 109 arcos de madera irregulares y atravesada por tres grandes arcos metálicos atirantados, se extenderá una zona de 3.683 metros cuadrados donde se alojarán un supermercado, dos restaurantes y los puestos del mercado, cuyo número final está en vías de negociación (el mercado provisional se halla instalado actualmente en la avenida de Lluís Companys). En la parte que da a la plaza de Santa Caterina se construyen además 59 viviendas de alquiler para personas mayores. Bajo el nivel de la calle, el aparcamiento de la avenida de Francesc Cambó se ha ampliado con 250 plazas y se está construyendo la zona de descarga de camiones para el mercado, así como diversos almacenes.
Bajo parte de las viviendas, a 11 metros de profundidad, se ultima un centro de recogida neumática de basuras con capacidad para compactar hasta tres grandes contenedores al día.
Pero la zona de más compleja resolución arquitectónica, que ha motivado sucesivos retrasos -la obra se empezó hace seis años- es la esquina de la calle de Colomines con la de Giralt el Pellisser, donde fueron hallados los restos de la cripta y el ábside de la iglesia de Santa Caterina, así como una necrópolis de los siglos IV al VI. Acabada ya la excavación, que ocupa una superficie de 600 metros cuadrados, ahora se procede a hacerla visitable y a crear un espacio de acogida donde los restos puedan explicarse. Fuentes del Museo de Historia de la Ciudad, responsable del yacimiento, señalaron que la arquitecta Benedetta Tagliabue dispone ya de las cotas de edificación y que hacia finales de año podría estar listo el proyecto arquitectónico, toda vez que se ultima el proyecto museográfico.
Frente a la fachada sur del mercado, entre las viviendas y el yacimiento arqueológico, se construirán unas pequeñas plazas públicas. Por la parte de Francesc Cambó la obra se rematará con una marquesina que servirá de elemento de reclamo desde la Via Laietana para una de las intervenciones más emblemáticas y complejas realizadas en Ciutat Vella.
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