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Entrevista:CÁNDIDO MÉNDEZ | Secretario general de UGT

"Repsol transmitirá una imagen muy negativa si no depura responsabilidades"

Lucía Abellán

El accidente en la refinería de Repsol de Puertollano (Ciudad Real) ha dejado en Cándido Méndez una doble preocupación. Además del balance del siniestro, en el que murieron seis trabajadores subcontratados, empleados de las empresas auxiliares zarandearon al líder de UGT en la manifestación convocada para protestar por el suceso. Con actitud serena, Méndez trata de explicar su posición y las razones por las que en un primer momento descartó fallos de seguridad en la factoría.

Pregunta. Con los datos que se conocen hasta ahora, ¿se pudo evitar el accidente de Puertollano?

Respuesta. Todos los accidentes, por principio, se deben considerar evitables. Parece que fue un accidente de carácter industrial con unas terribles consecuencias laborales. Debemos esperar las conclusiones de las distintas comisiones de investigación. A partir de ahí, las empresas y las administraciones públicas tienen que depurar responsabilidades y tomar las decisiones pertinentes para que no se vuelva a producir algo así. Más allá de que, una vez se conozcan las causas, se pueda establecer una vinculación entre el accidente y las subcontratas, es necesario reflexionar en profundidad sobre la subcontratación.

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P. Un día después del accidente, usted se desplazó a Puertollano y lanzó el mensaje de que la seguridad no había fallado. Los bomberos encontraron deficiencias varios días después y la propia UGT calificó de tercermundistas las condiciones de seguridad de la planta. ¿No cree que se precipitó un poco?

R. Existen algunas percepciones injustas de lo que hacemos los sindicatos en esta materia. Lo primero que hicimos fue solicitar la comisión de investigación y exigir garantías a la empresa de que la situación no iba a ir a peor. Pensé que la aportación que yo debía hacer en ese momento era infundir cierta tranquilidad, sobre todo hacia la población, a la vez que arrancaban las comisiones.

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P. Ese mensaje, algo equívoco, ¿pudo inducir a los altercados de la manifestación?

R. Es probable que pudiera tener alguna relación. Creo que no estaba justificada esta situación, pero la consideré explicable por la carga emocional que había entre los trabajadores. Pero con la incertidumbre y la zozobra existentes, la declaración que cabía de un líder sindical en ese momento, 15 de agosto, era la más lógica, aunque pudiera tener algún equívoco. Si yo hago una declaración alarmista, las críticas me habrían llovido desde otro ámbito. Hice lo que debía hacer, aun a costa de alguna incomprensión. Había que tener muy presentes a los fallecidos.

P. ¿Qué resultados va a arrojar la comisión?

R. Todavía no lo sabemos. Lo que sí espero es que la empresa esté a la altura de las circunstancias. Que aporte todos los datos para que se conozcan las causas del suceso y que se asuman responsabilidades. Repsol debe tener en cuenta una responsabilidad añadida: el suceso ha acontecido en un centro de la compañía donde ha habido cuatro accidentes en los últimos 10 años. Y, en cierta medida, es un espejo, para una multinacional con inversiones fuera. Si Repsol no es muy escrupulosa en la depuración de responsabilidades, puede transmitir una imagen muy negativa hacia los países donde tiene fuertes inversiones, y con razón.

P. ¿Por qué tiene un subcontratado más posibilidades de sufrir un accidente que un trabajador ordinario?

R. Haya o no relación, las cifras generales apuntan a que la diferencia entre los accidentes españoles y los del resto de la UE se da en función de la temporalidad no justificada. Por eso pensamos que hay una relación causa-efecto.

Llevamos tiempo insistiendo en la necesidad de reflexionar sobre el modelo productivo de este país que, con el 9% de los asalariados europeos, tiene el 22% del empleo temporal.

Hay que exigir el cumplimiento de la ley de prevención de riesgos laborales. Nosotros ya presentamos una iniciativa legislativa popular al Congreso el año pasado sobre siniestralidad, que el PP tumbó con sus votos.

P. ¿Son los subcontratados la parte más inerme del mercado laboral?

R. Los más inermes ahora mismo son los trabajadores inmigrantes sin papeles. Y luego, los subcontratados en las pequeñas empresas. En los sindicatos tenemos dificultades, porque este modelo obstaculiza claramente la afiliación. La precariedad, la temporalidad y la subcontratación la obstaculizan. Por lo tanto, los esfuerzos sindicales se pueden percibir como insuficientes. Lo intentamos, pero ese intento no se ve compensado con una mejora en la situación laboral de estos trabajadores.

P. En su último congreso, la organización europea de sindicatos se mostró crítica sobre el hecho de que defienden casi exclusivamente a los trabajadores fijos. ¿Este suceso ahonda en esa idea?

R. Ésa es una reflexión general de los sindicatos europeos, que supone el reconocimiento de un problema y la expresión de un compromiso. En España hay mayor dificultad, porque el tamaño de las empresas es mucho menor y el nivel de temporalidad, más del doble que en otros países europeos.

P. ¿Dónde es mayor la seguridad laboral, en las grandes empresas o en las pequeñas?

R. Las posibilidades de garantizar la seguridad laboral y, por tanto, las responsabilidades son mayores en las grandes. En las pequeñas hay mucho desconocimiento de la legislación.

P. ¿Qué se puede hacer para evitar accidentes de este tipo en el futuro?

R. En España sigue faltando cultura de la prevención. Situaciones tan terribles como la que hemos vivido debieran conducir a una profunda reflexión sobre las contratas y subcontratas. Yo lo que quiero es que las conclusiones de la investigación sean muy claras y muy concretas.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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