Un espía en la consulta

Carlos empezó a inyectarse heroína a los 17 años. Hoy tiene 23 y hace tres que dejó la droga. Lo que no puede dejar atrás, sin embargo, es la infección de hepatitis y de sida, herencia del uso de jeringuillas compartidas con otros toxicómanos. Hoy Carlos acude a su centro de salud de la capital porque lleva unos días con algo de fiebre. Mientras le escucha, su médico teclea los síntomas en la pantalla del ordenador. De repente, un símbolo en el monitor (conocido por los médicos como el monigote) avisa al facultativo de que alguien se ha conectado a su terminal. Ni el médico ni Carlos conocen a la persona que, desde un ordenador remoto, puede estar viendo una información que permite conocer lo más importante de la historia clínica del paciente.

"Cuando aparece el monigote, alguien se ha conectado a nuestro ordenador"

El Colegio de Médicos de Madrid denuncia que varias medidas implantadas por la Consejería de Sanidad en los últimos meses, como el nuevo sistema informático, "vulneran la confidencialidad de los pacientes y el secreto médico", según un comunicado hecho público por el Colegio.

"La aparición de el monigote significa que alguien se ha conectado a nuestro ordenador. Y sabemos que la Consejería de Sanidad concedió la gestión del sistema informático de la sanidad pública a una empresa privada. ¿Quién está mirando lo que escribimos en el ordenador? Ni idea. Sanidad no ha contestado a nuestras demandas de más información", afirma Pedro Cañones, vicepresidente del Colegio de Médicos.

Cañones afirma que el Colegio ha recibido más de medio centenar de denuncias de facultativos de atención primaria que denuncian la que, en su opinión, es una "grave vulneración de la parcela de trabajo del médico".

La concejal del PSOE Carmen Sánchez Carazo apoya a los médicos en su protesta. "Sanidad parece estar olvidando que la información que el paciente da al médico para recibir asistencia es confidencial. Nadie puede tener acceso a ella sin el consentimiento expreso del enfermo", explica.

Un portavoz de Sanidad, por su parte, asegura que "única y exclusivamente el médico tiene acceso a la información de su paciente", y achaca la aparición del extraño monigote a cuestiones de funcionamiento de la red informática.

Sanidad admite que desde hace un año la gestión del sistema informático está en manos de una empresa privada, pero que ésta "cumple escrupulosamente" con todos los puntos establecidos por la Ley Orgánica 15/1992 de Protección de Datos.

Sanidad resolvió en agosto de 2002 a una empresa consultora la creación y desarrollo de la gigantesca red informática. El importe del contrato era de 9.732.000 euros. Esta decisión de Sanidad fue criticada por la oposición y los sindicatos, ya que la Comunidad de Madrid ya tiene una empresa pública encargada de todos los demás sistemas informáticos del Gobierno regional.

La aparición del misterioso monigote no es el único reproche que el Colegio de Médicos y Sánchez Carazo hacen a la Consejería de Sanidad por varias decisiones tomadas en los últimos meses.

Los médicos critican que las gerencias de atención primaria les han ordenado en los últimos meses facilitar determinada información, con nombres y apellidos, de los pacientes, medicación, enfermedades y tratamientos. "No sabemos el uso que Sanidad hace de esta información. La relación médico-paciente está basada en la confianza y en la confidencia. Para nosotros, el secreto médico además de una obligación es un derecho irrenunciable del profesional", afirman desde el Colegio de Médicos.

La concejal Sánchez Carazo afirma que Sanidad no está respetando la Ley sobre Protección de Datos. "El paciente debería ser consultado por cualquier uso que se haga de la información que de él tiene la sanidad pública, porque mantiene el derecho de acceso, rectificación y cancelación de los datos que de él se tengan. Pero lo cierto es que nunca se le pregunta a nadie ni se le informa de sus derechos", afirma Sánchez Carazo.

Sanidad, por su parte, reitera que todo el uso que hace de la información de los pacientes es para mejorar el funcionamiento de la sanidad pública y siempre "respetando escrupulosamente la ley".