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Mas reconoce que habrá "muy poco" margen entre las elecciones catalanas y las de Madrid

Maragall acusa a Pujol de pretender "mezclar" las dos campañas electorales

Enric Company

Las elecciones autonómicas catalanas y las de la Comunidad de Madrid se celebrarán con dos o tres semanas de diferencia como máximo. El conseller en cap, Artur Mas, reconoció ayer que habrá efectivamente muy poco margen de tiempo entre unas y otras. Después de que se confirmara que las elecciones para la Comunidad de Madrid se llevarán a cabo el 26 de octubre, lo más allá que pueden llevarse las catalanas es el 16 de noviembre, que es cuando se agotan los cuatro años de legislatura. La fecha que se apunta ahora como más probable es el 9 de noviembre.

El propio Mas dijo ayer, en la conferencia de prensa convocada para explicar los acuerdos de la primera reunión del Gobierno catalán tras las vacaciones de verano, que no hay todavía una decisión tomada sobre la fecha para las elecciones autonómicas catalanas. La pretensión del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a quien corresponde firmar el decreto de disolución del Parlament y convocatoria de elecciones, ha sido la de esperar al agotamiento de la legislatura para dar tiempo a CiU a recortar dentro de lo posible la ventaja que los sondeos preelectorales atribuyen al socialista Pasqual Maragall.

Pero ayer el propio Maragall acusó a CiU de buscar ahora para las elecciones catalanas una fecha cercana a la de las elecciones de la Comunidad de Madrid. "Pujol quiere mezclar las elecciones madrileñas y las catalanas y hacer que se solapen las dos campañas electorales", dijo Maragall, "porque cree que así habrá más abstención".

Mas rechazó esta interpretación. Insistió en que el deseo de CiU es que las elecciones catalanas "se hagan en clave catalana". Señaló que si la fecha límite por imperativo legal es el 16 de noviembre, el margen de maniobra entre esa fecha y el 26 de octubre, probable día de las elecciones madrileñas, "es muy estrecho". La previsión es que Pujol decida esta semana la fecha que escoge.

La normativa legal prescribe que entre la convocatoria de las elecciones y su celebración tienen que transcurrir, como mínimo, 55 días. Eso supone que si le fecha escogida es el 9 de noviembre, Pujol dispone todavía de tres semanas para firmar el decreto.

En cualquier caso, Mas respondió a las palabras de Maragall señalando que si hay tanta proximidad como inevitablemente habrá entre las elecciones madrileñas y las catalanas no será por culpa de CiU, sino de los socialistas. "Nosotros creíamos que entre el PSOE e Izquierda Unida iban a formar gobierno en Madrid", dijo, "pero eso no ha sido posible por el desbarajuste absoluto que reina en el partido socialista", e inesperadamente ha obligado a repetir las elecciones en Madrid ante la falta de mayoría de gobierno.

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El PP y Maragall

A todo esto, Mas no dejó escapar la ocasión para restar importancia a los ataques que el presidente del Gobierno y del PP, José María Aznar, lanza una y otra vez contra Maragall, en su condición de candidato con serias posibilidades de ganar las elecciones en Cataluña y convertirse en el próximo presidente de la Generalitat. Todos estos ataques entre el PP y los socialistas son, aseguró Mas, "pura comedia". El conseller en cap reiteró la tesis de los nacionalistas catalanes según la cual "las creencias profundas del PP y del PSOE son muy similares" y siempre van en contra de Cataluña y sus intereses. En todo caso, explicó, el PSOE está intentando "facilitar el terreno a Maragall con vistas a las elecciones catalanas" aceptando algunas propuestas suyas. Pero auguró que, pasadas las elecciones, el PP y el PSOE seguirán oponiéndose a todo lo que pueda beneficiar a Cataluña.

Mas repartió también, no obstante, algunos ataques contra el PP. Olvidando por un momento la alianza mantenida por CiU y el PP desde 1996 hasta ahora, Mas explicó que el verdadero objetivo del PP, y lo que explica sus ataques a los socialistas, incluidos los que lanza contra Maragall, es repetir la mayoría absoluta de que Aznar dispone en las Cortes. Ese empeño obedece, precisó, a que "la mayoría absoluta es lo que le permite actuar contra las nacionalidades históricas, Cataluña, País Vasco y Galicia, que es su verdadera política".

A estos efectos, señaló, tanto da quien sea el sucesor de Aznar como aspirante a la presidencia del Gobierno español en 2004. "Sea el que sea, hará lo mismo que Aznar: ir contra las nacionalidades históricas", sentenció.

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