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Reportaje:

El 'vega sicilia' de la carne

Valles del Esla consolida su proyecto de carne bovina de alta calidad

El proyecto leonés del Grupo Eulen, con el que pretende desarrollar la crianza de ganado bovino para la explotación de carnes de alta calidad, está a punto de incorporarse a la senda de los beneficios, que alcanzarán en 2004, tras el equilibrio de este año.

Con unas inversiones de 13 millones de euros, este año se sacrificarán unas 460 reses, que suponen casi el 60% de la producción nacional
La carne de vacuno es el primer paso para un proyecto más amplio de desarrollo turístico, cinegético, pesca y formación permanente

Al amparo del grupo de empresas Eulen creado por el emprendedor leonés David Álvarez, y presente en sectores de servicios como limpieza, mantenimiento, seguridad, medio ambiente, trabajo temporal..., nació en 1996 un proyecto al sur de los Picos de Europa con distintos frentes: reducir el impacto del cierre de la cuenca minera de la zona con el desarrollo de pequeñas explotaciones ganaderas de carácter familiar, recuperar las carnes de alta calidad de vacuno para el consumo humano, revitalizar la zona con desarrollos posteriores de turismo rural, formación...

El proyecto está amparado también por las Bodegas Vega Sicilia, pertenecientes a la familia Álvarez, un vino de reconocido prestigio con el que intentan equiparar la carne de buey de los valles del Esla.

Para ello se crearon dos empresas: Valles del Esla, con vocación de marca con denominación de origen y encargada de la explotación ganadera, y NEAL (Núcleo de Explotaciones Agropecuarias de León), responsable de la transformación y comercialización de la carne. Las primeras producciones se registraron en 1999 y este año esperan alcanzar el punto de equilibrio con el sacrificio de unas 460 reses y una facturación en torno a los 16 millones de euros.

La inversión total realizada supera los 13 millones de euros y los primeros beneficios llegarán el próximo año, pero, según María José Álvarez, hija del fundador del Grupo Eulen y responsable del proyecto, "el secreto es tener paciencia". La rentabilidad se alcanza a partir de los nueve bueyes semanales, cifra a la que se acercan en estos momentos y que supone en torno al 60% de la producción nacional de este tipo de carne, según María José Álvarez.

Las relaciones con los cerca de 200 ganaderos que completan la cabaña y que ya han alcanzado el nivel de rentabilidad es otra de las claves, ya que se trata de una "fórmula intermedia entre la integración y la cooperativa". Éstos se comprometen a unos parámetros determinados de calidad y la compañía a comprarles la carne a un precio que fija una mesa compuesta por dos ganaderos, dos representantes de Valles del Esla y un independiente elegido por la Asociación de Ganaderos con voto de calidad.

Hay explotaciones de 10 y de 140 madres, pero el tamaño ideal, según María José Álvarez, es de 50 madres que permiten una buena rentabilidad para una familia de ganaderos sin necesidad de contratar empleados externos.

La Estación Agrícola Experimental de León, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se encuentra también detrás del proyecto con el apoyo tecnológico necesario, como el que supone el control de un chip que se introduce en el estómago de la res y que permite seguir su evolución alimentaria, sanitaria, o los desplazamientos.

Escombreras por cimientos

Así como el matadero de NEAL, uno de los más modernos de Europa, se encuentra sobre la escombrera de una mina en Sabero cerrada en 1960, la carne de buey pardo puede ser también los cimientos de este ambicioso proyecto que contempla el desarrollo del turismo rural en la zona con la creación incluso de una escuela de turismo y el fomento de las actividades cinegéticas y de pesca.

Antes se habrán desarrollado también otro tipo de explotaciones comerciales con la marca Valles del Esla con carne de cordero lechal, pollos de corral, capones... que, según María José Álvarez, cumplirán, además, una doble finalidad como es la de evitar, por un lado, que las mujeres de los ganaderos se desplacen en busca de trabajo y, por otro, la creación de economías y sinergias complementarias a la explotación del vacuno. Y es que la estacionalidad sigue siendo un importante handicap para la ganadería a pesar de todo.

El software desarrollado hasta ahora con la carne bovina va a ser también otro de sus principales activos para los nuevos negocios, así como el "contrato marco" de carácter nacional que han firmado con el Centro Superior de Investigaciones Científicas.

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