Arquitectura en Madrid / 1
Muchas veces duele comprobar el desprecio que algunos arquitectos sienten por Madrid. No les importa diseñar (y peor aún, construir) edificios que no tienen en cuenta el entorno en el que se levantarán. Vemos elevarse edificios pretendidamente modernos (aunque en realidad muchos son anodinos, faltos de creatividad, cuando no rematadamente feos o vulgares) en lugares en los que milagrosamente el tiempo y la piqueta han respetado la armonía de sus edificios burgueses decimonónicos o de principios del pasado siglo.
Pero ese desprecio, que podría creerse de otro tiempo (véanse, como muestra, los dos o tres edificios de la Gran Vía construidos en los años setenta), sigue dándose, a pesar de que el centro de nuestra ciudad esté protegido todo él, en mayor o menor grado.
Durante más de diez años la fachada de un edificio decimonónico cuyo interior había sido vaciado, en la esquina de Carrera de San Jerónimo con Ventura de la Vega, aguantó en solitario, ayudada por todo un entramado de columnas y soportes metálicos. Durante todo ese tiempo nadie realizó ninguna actividad constructora en él.
Pero un buen día, hace poco más de un año, la fachada preservada del edificio se desplomó. Pareció que aquello era una señal de comienzo de algo, pues pocos días después, ya estaba el hueco (ahora sí, hueco completo, sin fachada) lleno de obreros y máquinas. ¿Alguien en la Administración pidió responsabilidades al arquitecto o a la empresa constructora por la pérdida que significaba la desaparición de esa fachada? Lo desconozco, pero lo único que sé es que la caída de la misma significó el comienzo de una frenética actividad constructora que ha dado lugar a un nuevo edificio que no respeta para nada la armonía del entorno.
Si se les cayó la fachada ¿por qué no se les obligó a reproducirla idéntica? ¿Cómo la Administración aprueba la construcción de edificios de esas características en lugares tan emblemáticos, sin tener en cuenta si respetan o no el entorno arquitectónico?
Pero no es el único caso. Hace unos meses empezaron a vaciar el edificio que en plena calle de Alcalá es vecino, nada menos, que del Banco de España. En un principio parecía que dejaban la fachada en pie. Bueno, pues también se ha caído. ¿Qué van a construir ahora en su lugar? ¿Respetarán el entorno o el arquitecto se sentirá libre para agredir a la ciudad como su creatividad le dé a entender?
¿Qué hacen las autoridades en estos casos? ¿Penalizan a las empresas que permiten que se les "caigan" las fachadas de edificios protegidos? ¿Por qué no les obligan a reproducir con exactitud la fachada que han dejado caer? ¿No resultará que a algunas constructoras les interesa que se les caigan las fachadas protegidas para poder construir luego con completa libertad, aunque sea a costa de matar nuestra ciudad y nuestra historia?
Alguien debería informar a los ciudadanos sobre cómo actúa la Administración en estos casos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.