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El hospital de Alcalá expulsa a cuatro funerarias por pelear por la clientela

El centro quiere evitar el "bochornoso acoso" a las familias de los fallecidos

Oriol Güell

En plena calle, bajo un sol de justicia y con el motor del coche en marcha para que funcione el aire acondicionado. Así trabajan desde el pasado mes de mayo las cuatro empresas funerarias que ofrecen sus servicios en el hospital Príncipe de Asturias, en Alcalá de Henares. La gerencia las expulsó en mayo tras varios "enfrentamientos bochornosos" entre ellas en los pasillos del centro para captar clientes entre las familias de los fallecidos, según la gerencia del hospital. Dos de las empresas culpan de lo sucedido a una tercera por usar "técnicas comerciales agresivas".

El hospital Príncipe de Asturias registra cada mes una media de 70 fallecimientos. Hasta el pasado mes de mayo, cada óbito era el pistoletazo de partida para que las funerarias pugnaran por ofrecer sus servicios funerarios a los familiares de los fallecidos.

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En ocasiones, sin embargo, la disputa era tan encarnizada que la escena terminaba mal, con gritos e insultos entre los comerciales y la mirada atónita de los potenciales clientes. Al menos, en una ocasión intervinieron los vigilantes de seguridad para poner paz.A principios del mes de mayo, el gerente del Príncipe de Asturias, Ángel Sanz, decidió terminar con los enfrentamientos. "No podíamos tolerar por más tiempo estas escenas bochornosas en un momento tan delicado para las familias", explica.

La gerencia expulsó a las cuatro funerarias del hospital. Su acceso a él quedó prohibido salvo si eran las propias familias las que las reclamaban. "Hemos hecho un díptico con el nombre y el teléfono de las cuatro funerarias. Nuestras enfermeras lo entregan a los familiares de todos los fallecidos para que puedan elegir tranquilos la funeraria", explica Sanz.

La versión de las empresas es distinta, aunque también difiere según a cuál se pregunte. Algunas de ellas, incluso, están enfrentadas con las otras y se acusan mutuamente de ser las responsables de haber causado su expulsión del hospital.

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Todas ellas sí coinciden, sin embargo, en una cosa: la decisión de la gerencia es "desproporcionada" e "indigna". Los principales perjudicados son los comerciales, que ahora trabajan en plena calle. Además,afirman, la decisión pone en peligro 12 puestos de trabajo

Las cuatro empresas expulsadas son las siguientes: Funeraria Cervantina, Funeraria Cisneros, Funeraria D&B Complutense y Servicios Funerarios Alcalá-Torrejón. La primera de ellas es la compañía más pequeña, según fuentes del hospital.

Funeraria "de toda la vida"

Las dos últimas, en cambio, se definen a sí mismas como las "funerarias de toda la vida en Alcalá". Pedro Lora y Jaime García, respectivamente, son sus comerciales y ahora pasan las horas en la calle frente al hospital tratando de hacer su trabajo. "Nosotros dos llevamos años trabajando uno al lado del otro sin problemas, respetándonos a nosotros y a las familias de los fallecidos", afirman los dos comerciales.

Los dos acusan a Funeraria Cisneros de haber llegado al hospital a principios de año con "técnicas comerciales demasiado agresivas, que han causado los problemas". Un portavoz de esta empresa no quiso ayer dar su versión, aunque insistió en que la compañía "tiene todo el derecho a trabajar en Alcalá, algo que las otras empresas quieren evitar".

La calle que da acceso al hospital está repleta de pancartas que reclaman el derecho de los comerciales a trabajar en condiciones dignas. "El gerente no nos quiere dar ni un rincón en el hospital para hablar con los clientes. Ahora lo tenemos que hacer en pleno vestíbulo o aquí fuera, sobre el capó del coche", se quejan Jaime García y Pedro Lora.

Los comerciales colocaron la semana pasada una quincena de coronas de flores junto a las pancartas para protestar. El hospital las ordenó retirar. "Ése es el talante del gerente", critican las empresas. Ángel Sanz, por su parte, afirma que está dispuesto a reunirse con las empresas para "definir unas nuevas reglas de juego".

Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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