China elimina la prohibición de que los enfermos de sida se casen
Los enfermos de sida podrán casarse en China a partir del próximo 1 de octubre, aniversario de la fundación de la República Popular. El Gobierno ha aprobado una profunda reforma de la legislación que pone fin a décadas de severos controles que obligaban a los novios a hacerse un examen médico antes de la ceremonia, y a pedir la aquiescencia de la empresa u organismo donde trabajaran. Los portadores del VIH (el virus del sida) tenían prohibido contraer matrimonio en muchas zonas del país.
A partir de ahora, el carnet de identidad, la tarjeta de residente -conocida como hukou- y una declaración firmada de soltería y de no parentesco bastarán para celebrar la unión. La reforma no contempla el matrimonio entre personas del mismo sexo.
A principios de agosto, China permitió la primera boda de dos seropositivos en un adelanto de la normativa que ahora ha sido sancionada oficialmente. Cao Xueliang, de 37 años, y su novia, Wang Daiying, de 34, celebraron su boda en Gongmin, un pueblo de Sichuan. Esta provincia sureña es una de las que se vio afectadas por el escándalo de las transfusiones de sangre contaminada entre finales de los ochenta y principios de los noventa.
Wang contrajo el VIH de su primer marido, quien resultó infectado cuando hace 10 años fue a Henan a vender su sangre junto con Cao, quien también se contagió. El marido de Wang murió en septiembre del año pasado. Actualmente, hay 60 infectados en Gongmin, donde han fallecido 26 personas por el sida. Más de 250.000 personas contrajeron el virus al vender sangre en clínicas respaldadas por el Gobierno que carecían de las mínimas garantías sanitarias. Aunque China reconoció el año pasado que tiene un millón de infectados, la ONU estima que la cifra es de millón y medio y que podría llegar a 10 millones en 2010.
Abusos hospitalarios
La exigencia de certificados médicos para las bodas ha sido fuente de abusos en hospitales, que cobran por ello y a cambio dan justificantes poco fiables. Además, el examen es visto por muchos como una intromisión en la intimidad. Por otro lado, la reforma de la economía y la creciente población emigrante han originado cierta dejadez en el cumplimiento de esta normativa.
En algunas regiones de China, los novios consideran que una fiesta de boda tradicional es suficiente para considerarse casados y no siguen los trámites legales. En otros lugares, las parejas evitan casarse para no tener que pagar las tasas ilegales que imponen los funcionarios locales.
El número de matrimonios, en un país en el que cada vez más parejas viven sin casarse, ha sufrido un fuerte descenso en los últimos cinco años. De 8,9 millones en 1998, se pasó a 7,8 millones el año pasado. Para prevenir la poligamia, el Gobierno va a crear una base de datos en la que figure el estado civil de todos los ciudadanos chinos.
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