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China detiene al funcionario que destapó el escándalo del sida

250.000 personas se infectaron al vender su sangre al Gobierno

La transparencia sanitaria no ha llegado en China para uno de sus principales problemas: el sida. El subdirector del Centro para el Control de Enfermedades de la provincia de Henan, Ma Shiwen, ha sido arrestado por filtrar supuestamente documentos sobre el escándalo de venta de sangre contaminada, que infectó con el VIH a cientos de miles de campesinos en esta región a principios de los noventa, según France Presse.

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El funcionario Ma Shiwen ha sido acusado de difundir secretos de Estado, según Wan Yanhai, director de Aizhi Action Group. El informe fue recibido en agosto del año pasado por esta organización de lucha contra el sida. El propio Wan fue detenido entonces por este motivo, y estuvo desaparecido durante varias semanas por haberlo distribuido en Internet. Al cabo de un mes, tras una intensa campaña internacional, fue liberado. Según declararon entonces varios activistas, el documento no decía nada que no se conociera ya, aunque sugería que los funcionarios locales eran conscientes de la propagación del sida.

Más de 250.000 personas, como ha reconocido el Gobierno, resultaron infectadas al vender sangre en hospitales públicos y clínicas respaldadas por funcionarios, en los que no se tomaban precauciones sanitarias. Después de extraer el plasma, la sangre, que había sido mezclada con la de otras personas, era de nuevo inyectada a los donantes para prevenir la anemia. Esta práctica, habitual entre los campesinos pobres de muchos pueblos, contagió a familias enteras. Wan Yanhai jugó un papel decisivo en el descubrimiento de la conexión entre las transfusiones y el estallido del sida en Henan.

A finales de 2001, China aseguraba que sólo tenía 30.736 portadores del VIH, que 1.594 habían desarrollado la enfermedad y 684 habían fallecido por causas relacionadas con ella. En agosto de 2002, presionado por Naciones Unidas, se admitió que la cifra de infectados rondaba el millón. Algunos expertos afirman que el número es mucho más alto. Según la ONU, si no se toman las medidas adecuadas, en 2010 habrá entre 10 y 15 millones de contagiados. Solamente será superado por India, donde se calcula que habrá unos 20 o 25 millones.

Pese a que a finales del año pasado Pekín lanzó una gran campaña para luchar contra el virus, los problemas persisten debido a la falta de personal formado para tratar a los pacientes. Algunos afectados comenzaron a recibir antirretrovirales gratis en abril del año pasado, pero la falta de equipos de laboratorio y de un seguimiento adecuado del tratamiento presenta riesgos.

China ha solicitado a la ONU 98 millones de dólares del Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. Pretende utilizar el dinero para, entre otros fines, comprar fármacos y formar a médicos en 56 condados donde el VIH es prevalente entre antiguos donantes de sangre.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo el lunes pasado que hacen falta 24.000 millones de preservativos para prevenir el sida en la región Asia-Pacífico, donde hay siete millones de afectados. Y pide a los Gobiernos que subvencionen o reduzcan los impuestos de los condones y los hagan más accesibles a la población.

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