Osona bajo los efectos de la turbonada

Los alcaldes de los 14 municipios de Osona más afectados por la gran tormenta del pasado domingo se pusieron ayer manos a la obra para evaluar los daños, elaborar un plan para repararlos y pedir ayudas de forma conjunta al Gobierno catalán y a la Administración central. No hay tiempo que perder, ya que poblaciones como Centelles, Hostalets de Balenyà, Taradell o Seva seguían ayer con cortes del suministro eléctrico y muchas empresas tuvieron problemas para funcionar con normalidad.

A la reunión de los alcaldes asistieron el director general de energia, Albert Mitjà, y la directora general de admnistración local, Carme Tort, quienes recibieron la solicitud de poner todo cuanto esté a su alcance para que las poblaciones más afectadas puedan volver a la normalidad lo antes posible. El presidente del Consejo Comarcal de Osona, Jaume Mas, anunció que sus esfuerzos, a partir de ahora, se centrarán en obtener "el máximo de ayudas y subvenciones, sin intereses". Los alcaldes consensuaron esta petición tras abandonar la idea de tramitar la solicitud de "zona catastrófica". Y es que, según Mas, "las últimas solicitudes que se han hecho en este sentido se han descartado".

Por su parte, la subdelegada del Gobierno en Barcelona, Susanna Bouis, se puso ayer en contacto con los alcaldes de estas poblaciones para informarles sobre los diferentes tipos de ayudas a que pueden acogerse para reparar infraestructuras, edificios y mobiliario urbano.

Los daños económicos causados por el fenómeno meteorológico denominado turbonada todavía no se han calculado y no será hasta mañana, miércoles, que los alcaldes facilitarán una primera estimación de las pérdidas. También para mañana está prevista una nueva reunión de los ediles con representantes del Gobierno catalán.

Ahora la máxima prioridad de estos municipios es que no se reproduzcan los cortes del suministro eléctrico que vienen sufriendo desde la tormenta del domingo. Las compañías eléctricas que abastecen el sur de Osona pusieron en marcha ayer grupos electrógenos que permitieron una parcial vuelta a la normalidad. Algunos empresarios tuvieron que apañarse por conseguir grupos complementarios que les permitieran hacer funcionar la maquinaria y las cámaras frigoríficas. Pere Arumí, propietario de la panificadora Patsa, de Taradell, recordaba lo que supone para él quedarse sin luz: "Tengo más de cinco millones de pesetas de material en el congelador; si no lo arreglan pronto se echará todo a perder".

Durante la tormenta, que no duró más de dos minutos, cayeron ocho postes eléctricos de baja y media tensión. Los operarios trabajaban ayer para sustituirlos y a las seis de la tarde la mayor parte de los 6.000 abonados que se quedaron sin suministro estaban de nuevo conectados a la red.

Los daños en explotaciones agrícolas son todavía más cuantiosos. Muchos árboles se han caído sobre los campos, algunos invernaderos han quedado arrasados y varias masías, muy dañadas. También los corrales y las granjas, a menudo con tejados de uralita, quedaron severamente dañados. Por esta razón, el sindicato Unió de Pagesos solicitó ayer una reunión con el consejero de Agricultura, Josep Grau, con quien pretenden elaborar un plan especial de reconstrucción de las explotaciones agrícolas. Unió de Pagesos considera que parte de los desperfectos de las explotaciones podrían sufragarse si se amplía la partida presupuestaria existente para la mejora de estas explotaciones.