_
_
_
_
OPINION DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Un Bilbao limpio de sangre

Un año más, la tauromafia vuelve a manchar el nombre de Bilbao con espectáculos taurinos, odiosa mercancía con que algunos buscan vendernos violencia, ignorancia e insensibilidad. Para ello, otorgan a las torturas de toros un carácter de tradición sacrosanta, olvidando que el circo romano y la quema de herejes también fueron tradiciones de honda raigambre hasta que, por fortuna, la sociedad superó tales barbaries.

La tortura de hombres y animales fue antaño patrimonio común de una Europa sucia, inculta y cruel. Los festejos públicos preferidos por la chusma eran aquellos donde se empalaban y quemaban vivos a hombres y mujeres, mientras que los animales eran forzados a pasar sobre una alfombra de brasas, enterrándolos con la cabeza fuera para mejor disfrute de su angustiosa agonía.

Desde Italia a Rusia, martirizar toros, perros y osos fue pasatiempo habitual de toda fiesta, siendo las víctimas -revestidas de pólvora y cohetes- asaeteadas y despeñadas entre el jolgorio general. La crueldad con los animales constituía, pues, práctica corriente de la Europa más negra y cerril. Pero el siglo XVIII trajo los vientos nuevos de la Ilustración, iniciando una valiente crítica frente a cualquier género de torturas.

Por desgracia, la Península Ibérica se aisló de la modernidad, encerrada en su búnker oscurantista. Y de aquel enquistamiento en lo cutre hoy nos queda esa indecencia que supone el martirio lento de seis animales cada tarde, sádica diversión que contraviene a la más elemental compasión y cordura. Y a tamaña obscenidad, a tal horror sin nombre, llevan a los niños para que aprendan a ser ruines y agresivos desde chiquitos.

El dinero público, el dinero del contribuyente, subvenciona el criminal negocio, pese a que el 90% de los ciudadanos del estado español se oponen al maltrato animal. Como ciudadano de Bilbao que soy, conozco que éste es, también, el sentir mayoritario de la culta y honrada villa de Bilbao, cuya población trabaja por un futuro armonioso, limpio de sangre, donde no tenga cabida esa "exaltación máxima de la agresividad humana", que es como Félix Rodríguez de la Fuente calificaba a las aberrantes fiestas taurinas.

Hoy en Bilbao, la conciencia de las nuevas generaciones y una ética a la altura de nuestro tiempo, caminan hacia una relación respetuosa del ser humano con el planeta y con el resto de las criaturas que lo pueblan, sin enfangarnos en ese charco de mierda y sadismo que son las torturas de animales.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Ya hay municipios catalanes que han prohibido las corridas de toros; la Comunidad de Canarias igualmente las ha abolido. Ojalá se barra de Bilbao semejante carroña.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_