Paisaje después de la catástrofe

Las temperaturas bajan y la ola de calor retrocede. Los incendios declarados durante la última semana están controlados, pero los bomberos continúan en alerta. Y es que el fuego nunca avisa, y menos aún con las actuales condiciones de sequía y altas temperaturas. Ya pasaron los momentos de pánico y descontrol, para el alivio de los vecinos de Maçanet de la Selva, que se reencuentran con sus casas y con un panorama muy distinto al que dejaron antes de la huida: bosques totalmente quemados, algunas viviendas en ruinas, postes de luz caídos y vehículos calcinados.

En la mañana de ayer, 46 dotaciones terrestres y 6 medios áreos combatían el fuego. En ese momento el panorama ya era más tranquilizador, aunque nadie se atrevía a cantar victoria vistas las desagradables sorpresas que el fuego había deparado el día anterior. Pasado el mediodía, el propio alcalde de Maçanet de la Selva, Josep Romaguera, señalaba que las perspectivas para la jornada eran "muy buenas" gracias a la caída de las temperaturas y el trabajo de los bomberos. No había ningún frente activo, por lo que las autoridades y los vecinos respiraban tranquilos. El alcalde reconoció no tener información acerca de que el incendio haya sido intencionado, aunque aclaró que "un hecho como éste no es un accidente". Fueron días muy duros en distintas zonas de Cataluña. Días de fuego y destrucción. Desde el domingo pasado los bomberos realizaron 490 actuaciones, con la ayuda de voluntarios. En el Vallès y el Bages quedaron arrasadas casi 5.000 héctareas, mientras que en Maçanet de la Selva, donde se realizaron todas estas fotografías, se quemaron otras 1.300 y fueron desalojadas 5.000 personas. Ahora vuelve la calma. A partir de hoy será el momento de evaluar los daños y volver a la normalidad.